A golpes se entiende la gente


Hace días en la noche cuando estaba por llegar a mi casa en bus, mientras miraba afuera semidormido, observe a una señora con un montón de bolsos apresurada cruzar la calle como cualquier costarricense lo hace, exactamente por la mitad del tramo; mientras la señora saltaba a través de la calle, al mismo tiempo un taxista paso despavorido apenas la luz del semáforo le dio la señal y le “tiro” el carro encima como una amenaza, con su vehículo si no se hace a un lado. Y no hace mucho mientras yo iba cruzando por la zona peatonal y el semáforo se puso en verde un carro me golpeo en la rodilla. Lo peor es que el señor me hizo malas caras y me amenazó con el gesto de bajarse por haber golpeado su carro, me quede de pie mirándolo hasta que el semáforo se puso en rojo nuevamente y bajó la mirada.

Últimamente se ha llenado de malos comentarios las calles, los buses parecen siempre estar llenos de gente frustrada, que reniega su suerte y no esta acorde con lo que pasa en los noticiarios. Parece como si en la televisión hubiera un país diferente al que se me presenta en el diario vivir. Los periodistas parecen que ni ellos se creen lo que dicen. Lo líderes que invocan al orden no saben como actuar para llamar a la cortesía. Sumándole a eso todos los desastres que hay en la asamblea legislativa que ni los diputados pueden mirarse a la cara.

En el aire hay agresividad, este país esta sufriendo en su más básica ideología social un fuerte golpe moral. Es como si todo lo que los costarricenses tradicionalmente creían se hubiera tirado presurizadamente por un barranco sin fondo. Sospecho que esto es una consecuencia de todos los acontecimientos políticos y sociales de los que hemos sido parte en esto días, de cómo los supuestos líderes de esta nación se muestran por primera vez de una manera descarada tal cual son, avariciosos y corruptos.

El costarricense esta enfermo de ver la realidad directamente como es, de no poder ni confiar en los periódicos que lee por que se muestran completamente parcializados y vendidos. Somos pocos los cínicos que estábamos acostumbrados a la penumbra de la realidad. Este pueblo de naturaleza y tradición solidaria se esta viendo golpeado por el ajetreo de tener que luchar contra quienes lo gobiernan y no poder confiar ni en quien se supone tiene que servirle.

Es la pesada carga del miedo a perder la tradición social, los derechos que se consideraban desde un punto de vista costarricense inalienables, como la educación y la seguridad social. Pero ha sido el pueblo de Costa Rica quien tomo la decisión ¿verdad?


Sospecho, razonando desde un punto de vista más histórico, que estamos consumidos en una bomba de tiempo, la juventud esta colapsada, deprimida y desesperanzada, dispuesta pero castrada para cambiar su situación. En el momento en que las cosas se pongan peor (llamen me pesimista pero de verdad creo que se van a poner peor) y la pobreza aumente, la clase media desaparezca del todo y la división social sea una obstrucción como jamás se hubiese visto en este país, se desatara una guerra civil.

Se que lo que estoy diciendo es muy alarmista y por la misma razón estoy preocupado. Como este país es tan pequeño, puede vivir todo este proceso social de una manera más acelerada de lo que en realidad se pueda apreciar. Se ve en las calles el descontento y la inconformidad y eso solo lo hace una cuestión de tiempo, de que se presionen los botones necesarios para que estalle el deseo de mejores tiempos.

De buena manera se que el tico por su cultura y herencia social vive en los dichos de: “en el camino se acomoda la carga” y “el que nace pa maceta del corredor no pasa”. Pero es más adelante a lo que me refiero, si el proceso social se vive realmente rápido es de 3 a 5 años antes de que la presión social estalle.



No digo esto para que la gente se ponga en armas y cierren sus casas como fortines de combate. Bien reza un dicho popular que: “En guerra avisada no muere soldado”. Estemos preparados para lo peor. Siempre he opinado que la violencia es solo el caso absoluto de que ningún otro medio haya funcionado y prefiero pasar por el boicot y la desobediencia civil. Pero no solo yo veo esta situación o soy parte de ella, somos todos.

Espero que esto sea solo una intuición mal fundada y no como dijo Sócrates, la capacidad del filosofo de ver entre las sombras, más allá de lo evidente. Que sea la oda de un pesimista y no una verdad escondida por que por el bien de los que nos tocara trocar armas, será nuestra vida la que se ponga en riesgo y no la de Oscar Arias o su hermano la que este en las calles.

Marco "muy preocupado" Barrios Piedra

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