Filosofía y Ciencia: Sobre la revolución científica y la ciencia como lenguaje


En la trayectoria del conocimiento humano, la filosofía ha contemplado diversos elementos para la adquisición de la sabiduría. De ahí que el devenir de la historia de la ciencia, sea uno de los temas más recurrentes para el desarrollo de esta disciplina.

Entendemos que, el conocimiento de las ciencias esta en la vivencia humana. Puesto que la misma debe dejar de lado las estructuras metódicas, para dar paso a una practica más empírica. El conocimiento esta más allá de ser simplemente filosofía. Se trata también de una experiencia existencial. Una vez dentro de este marco analítico, pasaremos a contemplar que pretenden estos autores entorno al devenir de la ciencia.

La Ciencia como tal debe estar ligada a una estructura de carácter lingüístico. En otras palabras, se debe apreciar como un lenguaje estructurado.

Partiendo de una base meramente historicista, la ciencia depende de un marco epistémico determinado. Donde los elementos a estudiar, deben ser más que simples fenómenos científicos; pues contienen elementos ideológicos que no necesariamente están relacionados con el devenir de la ciencia.

Mientras que la filosofía estudia las primeras causas y principios de todas las cosas (usando como principal herramienta, el ensayo de la razón), la ciencia por su parte; estudia las causas inmediatas (no primeras) de los fenómenos, partiendo de una base teórico fundamentada en la experiencia de los sentidos (Aristóteles).

El Arte, se enfoca en la contemplación de tales causas; desde un punto de vista claramente práctico y orientado hacia la estética. La literatura, nos dice como debe estar plasmado el conocimiento, mientras que la sociología nos da la clave para ponerlo en práctica ante la colectividad. Como podemos ver la experiencia adquirida por los sentidos, no estudia el por qué sino el como. Las leyes son pues, un modo de definir el comportamiento de la naturaleza y su regularidad ante los movimientos de la materia.

Cuando hablamos de la ciencia como lenguaje, se debe tener en cuenta toda esta estructura, para dar pie al epítome de su contexto. Pues la ciencia no se trata solo de dogmas científicos; en ella influyen toda una amplia gama de elementos externos que le dan su estructura lingüística.

Así como la religión y muchas otras disciplinas, son parte fundamental de la cultura humana; y como tal se convierten en elementos primordiales de su historia, de ahí que la ciencia posea ese carácter de “historicidad”.

A la luz de la construcción histórico-científica, es que nace la siguiente pregunta: ¿Como logramos que el conocimiento científico, se constituya bajo una estructura?

Bien, el conocimiento científico debe estar sometido al constante cambio, ya que por mucho que se deseé, este conocimiento no puede ser cien por ciento acumulativo. Bajo este planteamiento debemos tener en claro, una distinción entre el desarrollo científico, y el planteamiento revolucionario. El cambio revolucionario se define como el tipo de cambio que tiene como resultado el crecimiento, aumento o expansión de lo que antes se conocía. Thomas Kuhn (uno de los mayores filósofos de la ciencia) nos habla de dos tipos de ciencia: La ciencia común, y la ciencia revolucionaria.

La ciencia común, es aquella que sea consolidado a través del tiempo. Producto de la investigación empírica y teórica de los fenómenos de la naturaleza. Nacida de diferentes campos en pro de la ciencia. En resumidas cuenta, la ciencia que se conoce. Por otra parte, la ciencia revolucionaria, es aquella que nos permita ampliar la ya conocida; pues a través del conocimiento perceptivo, es que obtenemos la verdad entorno al mundo que nos rodea. Gracias al aporte de las diversas ramas de de la ciencia, el devenir científico, nos deja ver una trasformación relativamente súbita de nuestra experiencia científica. Sea ordenada por sí misma o bajo una forma diferente. Dejando ver elementos que anterior a la trasformación, no eran del todo visibles.

En palabras sencillas, Kuhn nos dice que la ciencia es como la materia prima de una estructura. La ciencia común debe forjarse como un gran “edificio”, que con el paso del tiempo (La historia) debe ir creciendo más y más, hasta que ya no se pueda ver la cima. La ciencia revolucionaria cumple la función de proveer los ladrillos (investigación científica) para lograr el creciente edificio del conocimiento.

Para Alexander Koyré, las concepciones científicas, deben estar regidas por las ideas “tran-científicas” las cuales son entendidas por Metafísica, Religión Mitología y Teología. Koyré nos dice que todos conocimientos del ser humano, siempre esta influenciados por uno más contextos, pues no podemos hablar de acontecimientos científicos o filosóficos, sin tener en cuenta los elementos culturales, sociales e históricos, que los rodean. Él busca una unidad del pensamiento humano, pues la visión del mundo que determina, no está sólo presente únicamente en los sistemas científicos; sino también en las doctrinas.

El pensamiento, cuando se formula como sistema, implica una imagen o mejor dicho, una concepción del mundo. Y se sitúa en relación con el ser humano y su entorno. Las reconstrucciones históricas son las que establecen el contexto manejado durante una época. Y a través de la influencia de este contexto, es que los científicos desarrollan sus teorías.

No obstante, el historiador no cuenta todos los hechos pues su información no suele ser del todo precisa. La historia del historiador, es por lo tanto, la consecuencia de una elección. Una selección de sucesos inmediatos obtenidos a través de documentación y materiales heredados. Y en el caso de la Ciencia, los baches teóricos son inevitables.

Sí bien es cierto que el papel de la ciencia a sido decisivo para la historia humana, esto no hubiera sido posible, de no ser por un minucioso desarrollo. Es por ello que la ciencia moderna hubiera sido inconcebible sin la construcción de innumerables instrumentos de observación, así como de la colaboración de otras disciplinas.

La ciencia es necesaria para la vida de una sociedad. Y es por ello que su historia se debe desarrollar con más delicadeza de aquí que la retroalimentación del ser humano, su conocimiento y su entorno, sea tan importante. Para un correcto entendimiento del devenir de la ciencia, es preciso idear una Metodología.

Imre Lakatos decía que la filosofía de la ciencia, debía estar regida por una metodología clara y precisa; en la cual las teorías y postulados debía ubicarse en factores tanto internos como externos. Para ello, es preciso entender los cuatro postulados sobre la lógica Lakiana:

Primero esta el Inductivismo, el cual cumple la función de que sacar conclusiones generales de algo particular. En esta primera etapa se deben observar y registrar todos los hechos y luego analizarlos y clasificarlos ordenadamente. A partir de los datos procesados se deriva una hipótesis que solucione el problema basada en el análisis lógico de los datos procesados (hecho empíricos). Luego tenemos el Convencionalismo, que cumple la función de ponerse "deacuerdo” con las demás ramas del conocimiento, para establecer un lenguaje común entorno a un determinado conocimiento.

El falsacionismo, nos dirá, que para que un conocimiento sea verídico, este tiene que estar sujeto a prueba, Es decir debe ser falseado ó refutado, para que dicha teoría quede del todo corroborada.

Lakatos luego nos habla de dos corrientes: El Externalismo y el Internalismo. En el Internalismo entendemos que para que un conocimiento sea verdadero, sus premisas o características definitorias, deben surgir necesariamente de su propio ámbito. Mientras que en el caso del Externalismo, los cambios científicos giran entorno a la actividad del ser humano; y no son cuestiones desligadas únicamente del devenir científico.

Todo cambio en el campo de la ciencia, obedece a factores tanto externos como internos de la cultura (Sociedad, Religión, Lógica, Matemática, Psicología, etc.).

A esto es lo que se llama Metodología de los programas de investigación científica. Que establecen los hechos del saber, que pueden suceder, tanto en el pasado como el presente y futuro.

Es un programa de investigación en donde siempre estarán presentes tanto las “afirmaciones” como las "refutaciones" antes de que una hipótesis sea completamente definitiva. En cada etapa de un de la investigación, se incremente el contenido de forma consistente y a la vez progresiva, en donde los modelos de las teorías contempladas; deben valerse de postulados previos, para definir los secundarios. De los secundarios a los terceros, los cuartos, y así hasta llegar a una conclusión satisfactoria.

Como podemos ver, cada uno de los autores estudiados, tienen como denominador común, el hecho de que las leyes científicas no pueden ser vistas como dogmas inmutables y perfectos. Pues están sujetos a factores que de una u otra forma siempre limitarán la verdad absoluta.

De lo que si podemos estar seguros es que la Ciencia, debe su nombre no solo a la practica científica, si no también a todas las practicas que rigen y definen la cultura y la historia humana.


Pues a fin de cuentas sea cual sea la causa (historia, ciencia, filosofía, etc) de lo que podemos dar fe certera, es de todas estas manifestaciones, son prueba indiscutible del paso del ser humano por este mundo.

Sendoshi Kurumada

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