Mi pobre tiquicia
Yo podría definir Costa Rica actualmente como un pedazo de cielo que se esta pudriendo rápidamente… un hermoso país con un pasado pintoresco y lleno de promesas que poco a poco, en el transcurso de los últimos 20 años se ha ido convirtiendo en un nido de ratas, putas y chulos.
Es una lastima… viendo fotos viejas de San José, uno ve una pequeña ciudad, humilde, en algunos casos con casas con techos de paja, pero limpias y calidas y gente humilde y descalza, pero sonriente, con las manos callosas por el trabajo. Era una Costa Rica de campesinos y obreros, que se levantaban temprano y e iban a las labores diarias, una Costa Rica de gente que aspiraba a grandes cosas, que se atrevía a lograr lo que para algunos ahora son imposibles.
Esta es la generación que convirtió a esa pequeña villa en una ciudad con ínfulas de capital, con edificios de fachadas detalladas, con un teatro lleno de cultura y arte, con salas de cine esparcidas a lo largo de su geografía. Con un Parque Central que hoy solo podemos añorar, con su hermoso portón de hierro y su fuente, a donde la gente iba a “dominguear” y a disfrutar con su familia.
El resto del país era parecido… lleno de pueblitos pintorescos, de gente amable y sencilla, un país que soñaba con el futuro, que a pesar de ser pequeño, tomó decisiones que le dieron la vuelta al mundo… y que jugo un papel discreto pero importante en la historia de este continente que llamamos América (que aclaro, no es únicamente ese pedazote de tierra entre el rió Bravo y Canadá, que también incluye Alaska y Hawai).
Honestamente, al comparar ese país que fue y ya no es, con el que existe actualmente, solo puedo agachar la cabeza con vergüenza y pedirle perdón a mis abuelos, porque hemos convertido el terruño en un basurero, porque esa hermosa ciudad que nos heredaron, la hemos convertido en una cloaca llena de criminales, contaminación y vicio.
Y es que hay que simplemente salir a la calle para darse cuenta de que algo anda muy mal con este país… es un secreto a voces que los mismos ticos no podemos acallar. Lo que antes era un pueblo orgulloso y trabajador, ahora es en su mayoría una masa inepta sin identidad, un grupo de canallas que se contentan con carroñar y destruir únicamente pensando en el beneficio propio.
Los hijos de aquellos campesinos trabajadores y honrados ahora andan por la calle mendingando, robando, destruyendo… tanto así que ahora hasta los cables de la electricidad son presa del hampa. Los colegios, antaño casas de instrucción y cultura, son ahora centros de distribución de droga, nidos de pandillas, criaderos de maleantes.
Las hijas de esta Patria, ahora se ven en las esquinas vendiéndose por unos cuantos dólares o en las contraportadas de los “periódicos” quitándose la ropa, o ebrias por las noches en frente de las discotecas, ofreciéndose a cualquiera al ritmo de ese ruido espantoso que llaman reggaeton.
Y los políticos ya no son esos caballeros, intelectuales y estadistas de antaño, sino que mas bien se han convertido en una camarilla de ladrones y corruptos, una mafia. Ya no sueñan con convertir a este país en una nación fuerte y orgullosa, sino más bien andan viendo como lo venden poco a poco al mejor postor. En los periódicos y las revistas para extranjeros se ven las ofertas… vendemos playas, vendemos bosques, vendemos las instituciones del Estado (pero disimuladamente, porque todavía algunos idiotas intelectualoiles no nos dejan hacerlo tranquilamente)… vendemos a nuestras mujeres (por cinco pesos te chupan la chimichinga como dijeron en una película por ahí), vendemos a nuestros niños… vamos a seguir el modelo asiático, con tal de competir con China ellos van a trabajar por un plato de arroz al día, y sin podemos, a media ración… ¡Sí!.. esa es la Costa Rica globalizada que ellos venden.
En la Costa Rica de hoy hasta el mismo Dios se prostituye al mejor postor, mercadeado por los pastores, los sacerdotes y los obispos y deformado en un producto de consumo masivo, y la fe de la gente humilde no es nada mas que una oportunidad de negocio.
Y desde afuera vienen los buitres en manada a participar de la fiesta… los vemos en los casinos, de gira en nuestras playas, en las iglesias, en las discos, en reuniones con el presidente de la republica y los ministros. Vienen de Washington, de Miami, de Colombia, de Puerto Rico, de Republica Dominicana y otros lugares. Los vemos sentados en las esquinas con sus cadenas de oro y sus tenis caros, mientras se enriquecen con los adictos al crack que deambulan cual zombis en la calle. Los escuchamos en la radio y los vemos en la televisión y en los dizques periódicos mientras inyectan veneno en la mente de los jóvenes y los viejos con su “música” y su “cultura”. Son los maras, los narcos, los chulos, los reggaetoneros, los faranduleros, los inversionistas, los tele evangelistas…
Mi Costa Rica adorada, mi “Suiza Centroamericana”… ¿Qué te hemos hecho?… convertida en puta barata, despojada de tu dignidad, con tu belleza siendo subastada… como uno de tus hijos me dan ganas de llorar… quisiera levantarme mañana y verte de nuevo convertida en esa joven nación llena de sueños y promesas, habitada por ese pueblo que escribió en el himno nacional:
“ Cuando vieras tu gloria machada, veras a tu pueblo valiente y viril, la tosca herramienta en armas trocar”.
¡Levántate Costa Rica y recupera tu orgullo y tu dignidad!
JAY
Comentarios
Robarle la identidad a un pueblo es peor que robarle la vida, por que el alma se convierte en recuerdo y ahí se vuelve inmortal, pero si a un pueblo le quitan el alma le quitan todo.
El pasado solo sirve para reflexionar acerca de como podemos vivir los momentos que tenemos.