La lógica de las emociones -Parte 2-: La vergüenza
En la racionalidad, en el uso crítico de las habilidades humanas, meditando y usando diferentes elementos para resolver un problema, ¿Qué sucede cuando elementos inesperados se incluyen en el problema a solucionar?.
En la modernidad como ola de pensamiento que creía en las ideas innatas, en un dios relojero y en la razón como el medio para resolver todos los problemas de la humanidad, no contarón nunca con que lo que nos mueve como lo supondría Freud, eran los instintos más básicos los que guían a la humanidad, o como lo haría la antropología de la biología que relaciona fuertemente al ser humano con las acciones de sus primos primates para hacer referencia a los comportamientos más primitivos de los seres humanos sobre todo con lo que respecta a la búsqueda de pareja. Pero Asombrosamente ni los simios o primates tienen algo catalogado como vergüenza, esa emoción que surge cuando el sujeto toma o dice algo que no es aprobado socialmente, a veces sin siquiera realizar esta acción, la sola idea de apreciar algo que esta dentro de lo que en comparación con los primos no-humanos no importaría se vuelve toda una paradoja.
Esta incomprensible sensación que embarga al ser humano en momentos completamente inesperados, se apodera de las sensaciones del cuerpo y le pone la sangre en las mejillas para cubrir de color rojo tomate la cara de quien no ha hecho ningún mal. Impide que un alumno por “vergüenza” disperse su ignorancia en una clase, que la mujer o el hombre digan abiertamente que siente una atracción entre si.
¿Qué es lo que se le conoce como vergüenza?, según el diccionario de la real academia española es:
vergüenza.
(Del lat. verecundĭa).
1. loc. verb. ant. Tenerse respeto o miramiento una persona a otra estando presentes.
1. loc. verb. Abandonarse, rebajándose en su conducta.
2. loc. verb. Desechar el encogimiento o la cortedad.
1. loc. verb. Imponerle el castigo de la vergüenza.
2. loc. verb. coloq. Obligarle a que haga públicamente una habilidad, cuando tiene cortedad o desconfianza de desempeñarla bien.
1. loc. verb. coloq. Ser muy ruin o inconveniente.
Lo que me viene a la mente al leer estas definiciones es como socialmente las estructuras están establecidas para quienes son descarados o “desvergonzados” logran acercarse más a sus metas que aquellos que pecan de humildes, que permiten que les pase cualquier fulano por encima, no disfruta de su vida y en algunos casos no deja disfrutar a los demás por hacer prevalecer su estructura moral-emocional que no siempre es la mejor para un determinado momento. Es esta emoción la que nos impide hacer algo que tradicionalmente se podría decir que se ve “incorrecto”, pero entonces ¿por que la conciencia logra vencer a veces esas limitaciones moralistas heredadas?
Es un miedo más allá al de preservar la vida, el miedo como reacción biológica y fisiológica dándole al cuerpo descargas de adrenalina para agudizar los sentidos, paralizando el movimiento de las piernas para que poder captar el peligro y movilizando rápidamente los brazos en caso de que haya que proteger el cuerpo. Es un miedo a ser diferente, a ser atacado intelectualmente, a que su voz sea acallada o ser marginado por las ideas que se poseen.
Pero el miedo es una ilusión que se desvanece gradualmente a medida que se comprende que la vida es un momento, un segundo en la infinidad del universo y que los actos de un solo hombre o mujer son tan grades y trascendentes como las ganas y las acciones que los acompañen. Vencer el miedo por lo general lleva a un sujeto a vencer a la vergüenza de vivir por el placer de vivir, no para sobrevivir.
Marco "Sin vergüenza" Barrios Piedra
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