Dios Dragon (Tercera y última parte)



Gente, primero agradecer los comentarios tan positivos sobre estos post de dragones. Me alegra profundamente que esta tarea que yo mismo me impuse fuera tan bien vista....y sin mas le dejo ya la última parte del post que me resulto la mas curiosa de todas.....

Dragon Americano

Quetzalcoatl –la serpiente emplumada, en idioma náhuatl– es la serpiente-dragón responsable de otorgar la sabiduría a la humanidad, símbolo de muerte y de resurrección. Es uno de los dioses cardinales de antiguas civilizaciones americanas, especialmente del centro y norte de México, donde se otorgó el mismo nombre a algunos gobiernos toltecas; el más famoso fue Ce Acatl Quetzalcoatl de Topiltzin. Los mayas conocían a este mismo dios con el nombre de Kukulkán, y la cultura Quiché-Maya de Guatemala como Gukumatz.

La significación y cualidades exactas de Quetzalcoatl fueron variando entre civilizaciones a lo largo de la historia. Era considerado el dios de la estrella de la mañana, mientras su hermano gemelo Xolotl era la estrella de la tarde, Venus. Es por este motivo que se le otorgó el título de Tlahuizcalpantecuhtli, cuyo significado es “el señor de la estrella del amanecer.”

También era reconocido como el inventor de los libros y del calendario, creador de las artes y de la poesía, y donante del maíz a la humanidad.

Además, era el amo de los sacerdotes y había intervenido activamente en la creación del mundo. Para los aztecas, el tiempo en que vivían era considerado el quinto mundo, ya que los cuatro anteriores habían sido destruidos por la inundación, el fuego y otras catástrofes climáticas. Se dice que Quetzalcoatl fue a Mictlan –el mundo terrenal– y creó a la Humanidad del quinto mundo a partir de los huesos de las razas anteriores y de su propia sangre, con la ayuda de Cihuacoatl.

La serpiente emplumada fue representada en el arte y formó parte ineludible del culto religioso en gran parte de Mesoamérica durante 2.000 años, desde la Era Pre-Clásica hasta la Conquista Española. Entre las civilizaciones que lo adoraron encontramos a olmecas, mixtecas, toltecas, aztecas y mayas.

El culto de la serpiente en Mesoamérica es muy viejo. Se encontraron pinturas de serpientes con características de pájaros en el arte olmeca preclásico (1150-500 A.C.). En estos restos arqueológicos, la serpiente representa a la tierra y a la vegetación, aunque fue en los murales de Teotihuacan –alrededor del año 150 A.C.– en que la serpiente adquirió sus típicas plumas preciosas de Quetzal.

Las representaciones iconográficas más elaboradas se remontan al antiguo templo de Quetzalcoatl, construido alrededor del año 200 A.C., que exhibe una serpiente de cascabel con plumas verdes y largas como las del quetzal.


Más sobre el Dragón Americano

Cabe señalar que Teotihuacan fue una ciudad construida en honor a Tlaloc, el dios del agua terrenal, del agua en los lagos, de las cavernas y de los ríos, pero Quetzalcoatl –símbolo de la fertilidad de la tierra y subordinado a Tlaloc– también fue alabado en ese lugar.

A Quetzalcoatl se lo asocia a menudo con Ehecatl, el dios del viento, quien simboliza a las fuerzas de la naturaleza. Por eso la serpiente emplumada es relacionada con la energía de la lluvia, el agua celestial y sus vientos asociados. Por influencia del culto de Teotihuacan, la serpiente emplumada fue adoptada como dios de los mayas, quienes lo llamaron Kukulkán, como fue mencionado anteriormente. En Xochicalco (700-900 A.C.) la clase política creyó que gobernaba en nombre de Quetzalcoatl; a partir de este momento, las representaciones de este dios se humanizaron, adquiriendo rasgos antropomórficos.

Los toltecas comenzaron a asociar el dios al gobernador, por eso el hombre adquirió cualidades divinas. El político-divinizado más famoso fue Ce Acatl Quetzalcoatl de Topiltzin.

Las leyendas del Ce Acatl nos dicen que tenía larga barba y que usaba una máscara blanca, de modo que en las representaciones iconográficas podemos reconocer a Quezalcoatl como un hombre blanco y barbudo. Desde entonces, la imagen de un “dios blanco” se convirtió en parte de la cultura popular mexicana.

Los toltecas tenías un sistema de culto dualista. Oponían la figura de Quetzalcoatl a la de Tezcatlipoca, quien supuestamente lo había enviado, en tiempos remotos, al exilio. La serpiente emplumada había sido desterrada en una balsa de serpientes, pero prometió regresar... Cuando los aztecas adoptaron el culto tolteca, transformaron a Tezcatlipoca y Quetzalcoatl en dioses gemelos, contrarios e iguales. La leyenda dice que ambos crearon al mundo.

Dragón Africano

Posiblemente originado en el norte de África –aunque su culto se extendió más tarde a Grecia–, el Amphisbaena se trató de un dragón de dos cabezas: una situada en la parte superior del cuerpo y otra en el extremo de su cola. La unión de su cabeza con su cola le permitía crear un círculo y avanzar rodando

Amphisbaena se conoce también como Amphisbaina, Amphisbene, Anphisboena, Amphisbona, Amphista, Amphivena y Anphivena; la raíz del nombre proviene de los vocablos griegos amfis (que significa “de dos maneras”) y bainein (que significa “ir”). A este dragón se lo ha llamado “la madre de las hormigas”, puesto que se alimentaba de hormigas, a las que comía con ambas cabezas.

Segun la mitología griega, el Amphisbaena mitológico brotó de la sangre de la medusa o cabeza de Gorgona que el héroe Perseo derramó mientras sobrevolaba el Desierto de Libia. Allí creció rodeado de serpientes, alimentándose de cadáveres.

Amphisbaena ha sido un animal celebrado por la lírica de poetas como Nicander, John Milton, Alexander Pope y Lord Tennyson. También fue mencionado como criatura mitológica legendaria por Lucano, Plinio el Viejo, San Isidoro de Sevilla y Sir Thomas Browne.

Por lo que refiere a su aspecto, las descripciones lo muestran como una serpiente –similar a la Boa de Arena, muy común en la India– pero con una cabeza en su extremo. Sin embargo, los dibujos medievales y modernos la muestran con pies de pollo y alas emplumadas. Incluso se la representa con cuernos en la cabeza superior y oídos pequeños, redondos. Sus cuernos suelen ser largos y curvos, o levemente torcidos en espiral.

Muchas descripciones del Amphisbaena lo mencionan con ojos que brillan intensamente como velas o relámpago. Fue una criatura muy común en la heráldica, y se cree que tiene capacidades regeneradoras: una creencia popular indica que si las mujeres embarazadas se colocan un Amphisbaena alrededor de sus cuellos gozarán embarazos seguros.

También se la describe como una serpiente de colmillos venenosos, según las crónicas de Plinio el Viejo.

Dragones de Australia, Nueva Zelanda y Polinesia

Dentro del universo de los Dragones, los de Oceanía –continente que comprende Australia, Polinesia y Nueva Zelanda– constituyen los antepasados ancestrales de muchas especies veneradas por otras culturas. Mientras el resto de dragones del mundo han sufrido variaciones y adaptaciones, los australianos han sabido conservar su forma física inicial.

Los dragones australianos son, sin lugar a dudas, los más antiguos: provienen de una mitología engendrada entre 40 y 65 mil años atrás. Estos comparten semejanzas curiosas: representan a una serpiente primitiva (o gusano) que rechazó ser enviada más allá de las Aguas del Tiempo. Es importante observar que si bien no son exactamente “dragones”, pueden ser clasificados como tales aunque se parezcan a las serpientes (no pertenecen a ninguno de los dos con exclusividad). Por eso se dice que los dragones australianos constituyen una “familia dual”.

LA MAGIA DEL BUNYIP

Los dragones australianos representan el mundo espiritual y el natural: combinan la serpiente y el monstruo. La Serpiente Australiana del Arco Iris se parece a una auténtica víbora de gran tamaño, mientras que su pariente cercano, el Bunyip, es un tipo de dragón emparentado con un sistema mágico altamente complejo.

Las cualidades atribuidas a cada dragón incluyen una amplia gama de criaturas dentro del mundo de las serpientes y los reptiles. El aspecto del bunyip combina rasgos de ambos grupos animales, aunque también cualidades de pájaros, peces voladores, toros de larga cornamenta, cuerpos de vaca o colas de ballena. Una de las cualidades distintivas de la mitología de Oceanía es que sus dragones pueden adquirir diferentes formas. El Taniwha de Nueva Zelanda es un animal que se metamorfosea en serpiente del mar, tiburón, ballena o lagarto

Dragon hawaiano

Otros de los famosos dragones australianos es hawaiano, conocido como MOO-Kuna. “MOO” hace referencia a la figura de reptil, mientras que “kuna” alude a una criatura desconocida. Puesto que los hawaianos no tienen ninguna jerarquía animal establecida, debemos prestar atención al folklore popular para aprender de su raza mítica de dragones.

Originalmente, Kuna era una criatura malévola que ensuciaba las aguas de los canales y ríos, que desarrolló un gran odio por la diosa Hina, madre del héroe Maui. Por medio de engaños, logró conducirla hacia su cueva. El encuentro culminó con una batalla mágica entre los dos, que incluyó una competencia de cánticos y la maldición final proferida por Kuna. Hina, atrapada, llamó a Maui para que viniera a rescatarla, y éste atrapó al dragón gracias a un cubo mágico. Luego, lo quemó con lava. Los terremotos que se originaron a partir de esta batalla reflejan la creencia mítica de que las serpientes-dragones tuvieron importante influencia en la creación de la Tierra.

Kuna utilizó el agua para engañar a su enemigo, pero fue mediante el fuego –la lava– como el héroe Maui logró combatir al dragón y quemar su gruesa piel. Un elemento importante de esta mitología es que se invierten los roles de la naturaleza: el agua ya no se asocia con “lo bueno” y el fuego con “lo malo”, sino al revés.

Los dragones ocupan un papel primordial dentro de la cultura hawaiana: son criaturas veneradas a través de su dios, K-moho-alii, el rey de los dragones, conocido posteriormente como “El rey de los tiburones”. Son criaturas fabulosas dotadas de una multiplicidad de capacidades sobrenaturales: pueden sufrir diversas metamorfosis o generarlas en los demás. De la misma manera, los dragones son seres duales por naturaleza, que mantienen fuertes lazos con la tierra, los árboles y el mundo terrenal. Son criaturas heterogéneas; criaturas del aire cuyos lazos más fuertes están con agua.

Cabe destacar que en el norte de Australia, durante el rito de la circuncisión, la Serpiente del Arco Iris debe tragar al candidato, el cual pasa a un estado de inconsciencia próximo a la muerte. De este estado emerge con más fuerza y se dice que “vuelve a nacer”. Éste, como vemos, es un concepto enteramente espiritual.

Fafnir, el dragón nórdico

En la mitología nórdica, la figura del dragón fue utilizada como símbolo de codicia material, es decir: adquirió un signo claramente negativo, a diferencia de algunas vertientes de la mitología oriental.


Se cuenta en la colección de prosas nórdicas denominada Volsunga saga –la saga de Volsunga– que Fafnir o Favnir era hijo del rey enano Hreidmar, hermano de Regin y Otr. Fafnir contaba con la ventaja de tener un brazo muy largo y un alma audaz; era el más fuerte y agresivo de los tres hermanos.

Saga de los Nibelungos

Después de que Otr fuera asesinado por Loki, Hreidmar recibió la fortuna de Andvari como retribución por la pérdida de su hijo. Entonces Fafnir y Regin, ambiciosos, asesinaron a su padre para quedarse con su riqueza. Sin embargo, Fafnir anhelaba tenerlo todo, por ese motivo se convirtió en dragón (símbolo nórdico de la avaricia) y le disputó el oro a su hermano. Regin, enfurecido, envió a su hijo Sigurd para matar al dragón. Éste tuvo éxito, pero se vio tentado por el mismo pecado que su padre y que su tío: la codicia, por lo que terminó matando a su propio padre, Regin. En El cantar de los Nibelungos –como será señalado más adelante– es otro famoso héroe germánico quien termina venciendo al dragón.

Fafnir o Fafner también aparece en la ópera de Wagner, El anillo de los Nibelungos, pero es retratado como un gigante capaz de salvaguardar el tesoro con más celo que un enano.

La Saga de Völsunga es una interpretación islandesa de fines del siglo XIII –siglo de origen y declinación del clan de Volsung en que se documenta la existencia de Sigurd, Brynhild y la destrucción de los burgundios–. El poema épico alemán Nibelungenlied (El Cantar de los Nibelungos) se basa en estas viejas historias, que eran populares en todas las tierras germánicas, pero reelabora el material tradicional e incluye ingredientes del ámbito cortesano medieval.

Nibelungenlied cuenta que fue Siegfried quien mató al dragón en la corte de los burgundios, gracias a lo cual pudo convertirse en dueño del tesoro de los Nibelungos. Después de matarlo, se bañó en la sangre de este animal mítico y se convirtió en un hombre invulnerable, excepto por un pequeño punto débil que quedó a la intemperie, donde cayó una hoja de tilo mientras se empapaba con la sangre de Fafnir: su espalda. Como el talón de Aquiles, ése será el sitio fatal que escogerá el pérfido Hagen para traicionarlo.

Dragones de Diferentes Etnias

Diversas tradiciones recogen la leyenda de la muerte de dragones que pelean con héroes. En Occidente, los dragones representan Fuerzas Malignas, se alimentan de seres humanos y cuidan tesoros escondidos en el fondo de los mares o en las entrañas de la tierra. Otras veces se los imagina como custodios de bellas princesas que deben ser rescatadas.

Por ejemplo, Medea presta ayuda a Jasón para obtener el Vellocino de Oro logrando dormir al dragón que vigilaba la encina en la que se encontraba colgada la costosa recompensa dorada. La matanza del dragón solía culminar la carrera de la mayoría de los héroes de la Antigüedad: Beowulf, Hércules, Sigfrido, San Jorge, San Miguel y los caballeros de la Mesa Redonda, especialmente el Rey Arturo, Lancelot y Tristán.

Dragon Precolombino Maya

Además de obtener tesoros y de liberar bellas cautivas, la derrota del dragón otorgaba la capacidad de adquirir conocimientos y ofrecía la invulnerabilidad física. A pesar de la mala fama que los dragones ganaron en Occidente, no todos eran malvados. Plinio el Viejo cuenta la historia del caballero Thoas de Arcadia, quien llevaba un dragón de compañero; gracias a él se salvó del ataque de unos ladrones.

Se creyó en la existencia de dragones reales hasta épocas recientes. Por ejemplo, en Austria, durante el siglo XVI, se exhibieron restos fósiles de un rinoceronte con el cuerpo cubierto de lana aduciendo que se trataba de un dragón prehistórico. El cráneo del animal fue conservado en Klagenfurt hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial. El investigador Konrad von Gesner pretendió –sin demasiado éxito– fundamentar estas creencias, dotándolas de un cierto carácter científico.

En la mitología de diferentes culturas los dragones aumentaron de tamaño, les fueron creciendo alas y brotando numerosas cabezas. En Egipto, Mesopotamia e India, hacia el año 3000 AC., se documenta esta evolución en diversas leyendas.

En la Cólquida (así se denomina a la costa sudeste del Mar Negro), un dragón cuidaba al vellocino de oro. Jasón y los argonautas lo obtuvieron ingeniosamente, auxiliados por Medea, como fue indicado previamente. Por otra parte, el dragón llamado “Ladón”, famoso por sus cien cabezas, vigilaba las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides.

Por otra parte, en la etnia hausa –al norte de Nigeria– se cuenta la historia de un dragón que cada noche elegía una víctima para alimentarse de ella, hasta que el joven Dan-Hanta consigue matarlo gracias a unas piedras calientes que le arroja en la boca.

Antiguas leyendas precolombinas hablan de un cruel dragón volador que acosaba a las tribus que vivían a orillas de un lago y era inmune a las flechas y lanzas, gracias a su extraordinaria velocidad. Fue gracias a un ingenioso héroe conocido como “Portador del Cielo” que esta bestia logró ser destruida

GENTE ESTE EL FIN Y UN COMENTARIO MUY PERSONAL: ¡¡¡LOS DRAGONES SON TODA!!

GEOVANNI "Amante de los DRAGONES" NOTTO...

Comentarios

Anónimo dijo…
Muy buen blog io estaba buskando la leyenda de Ce Acatl Quetzalcoatl de Topiltzin y me encontre este genial blog jajaja a mi tambien me gustan los animes y mangas kreo k me pasare seguido x aki

Lo más leído en el Templo