Las bases de la fe religiosa

Advertencia: Las opiniones expresadas aquí son de Juan Pablo Saenz Estrada y no necesariamente son compartidas por el resto de las personas que escriben en Templo Kaori. Si usted esta en desacuerdo, no perjudique al blog y quejese directamente con el autor del articulo al correo saenzjay@hotmail o exprese su opinión bien fundamentada en los comentarios para lograr un debate serio. Si usted es un fanático religioso y le duele lo que lee y piensa enviarme versículos bíblicos o ofrecerme la salvación de Cristo, simplemente váyase al carajo, no me haga perder el tiempo y no siga leyendo, ya que posiblemente no tenga criterio para dar una opinión bien fundamentada.

Hola gente que visita el blog feliz, aquí les traigo otro controversial articulo anti religión para que disfruten o se mueran del colerón, dependiendo de cómo se sientan cuando lo lean.

Yo vivo rodeado de un grupo de fanáticos evangélicos y he notado que la fe de ellos, como la de la mayoría de la gente se fundamenta principalmente en tres cosas: LA HIPOCRESIA, LA IGNORANCIA Y EL MIEDO. Analicemos una a una estas bases de la fe religiosa:

En primer lugar tenemos la hipocresía. La mayoría de los seguidores de una religión lo hacen mas por una cuestión cultural o social, que por una creencia firme en la doctrina que imparte esa religión. A manera de ejemplo tomemos al típico católico o evangélico que actúa como una persona normal de lunes a sábado: vacila con sus amigos, ve televisión, lee lo que quiere leer, se toma sus cervezas...etc,etc. El domingo, por costumbre, va misa o al culto, a veces casi obligado, hace el papel de creyente por unas cuantas horas y luego vuelve a su vida normal. Esto a veces es muy criticado por los fanáticos religiosos.

Sin embargo estos hipócritas en medio de algún debate no se atreverán a contradecir la doctrina, mas por temor al que dirán, que por convicción propia. Y es que contradecir los dogmas religiosos puede ser peligroso, incluso hoy en día, si uno ocupa ciertas posiciones de poder o simplemente si pretende mantener buenas relaciones sociales con los demás. En épocas pasadas la hipocresía le permitía a la gente inteligente mantenerse con vida.

A veces, en los momentos difíciles, es posible que el hipócrita desarrolle el fervor religioso, y una vez que pasen los problemas vuelva a actuar como persona mentalmente sana, o que el trauma sea tan grave que termine siendo un fanático religioso, sobre lo cual que comentare a continuación.

La segunda base de la fe religiosa es la ignorancia, y aquí quiero aclarar algo, los títulos académicos no tienen nada que ver con la capacidad intelectual de una persona, uno puede ser un doctor o un abogado, que gano el curso porque se aprendió la materia mecánicamente. Una persona realmente culta es aquella que sabe analizar y razonar, que busca enriquecerse intelectualmente mediante el arte y la ciencia, y que toma las decisiones que toma en base a un criterio racional, y no simplemente a cuestiones emocionales.

Todos los fanáticos religiosos son ignorantes, así se encaramen el título de doctores, como tanto dizque teólogo o predicador que uno ve por televisión, que se inventa una universidad cristiana solo para ostentar un titulo que vale tanto como la basura que predica. Los fanáticos se mueven por impulsos emocionales y no por cuestiones racionales, y por eso se creen sus propias mentiras, solo porque a veces estas los hacen sentirse mejor o son más sencillas que la realidad que los rodea.

Para un ignorante es más fácil aprenderse la Biblia entera o trabalenguas interminables que ellos a veces llaman oraciones, que realmente analizar lo que están leyendo o lo que están escuchando. Son como los perritos, que uno entrena para que defequen en un punto específico de la casa, simplemente aprenden las ordenes y luego las repiten. Así funciona el cerebro de un fanático religioso, y por eso son tan peligrosos, ya que como un ejército de zombis, son tan fáciles de manipular, que una persona malintencionada puede utilizarlos para orquestar las peores tragedias. Eso lo vemos todos los días, como con los terroristas suicidas islámicos o los fanáticos religiosos estadounidenses que votan por otros fanáticos imbeciles como Bush y compañía, para orquestar guerras en nombre de un jodido dios que no existe.

No hay nada peor que lidiar con gente ignorante, sobre todo cuando se sienten orgullosos de su propia ignorancia (y este tipo de gente me cae como una patada en los huevos). Y a la cabeza de estos especimenes están los fanáticos religiosos, que se pavonean de ser santas palomas y de saberse la Biblia de cabo a rabo, y de debatir sin argumentos, ya que su pobre cerebro enfermo no sirve sino para repetir versículos, aunque estos se contradigan, ya que la Biblia es un rejuntado de libros que expresan posiciones muy distintas y que fueron escritos en diversas épocas.

Lo peor de estos ignorantes es cuando se cierran en sus posturas de forma violenta y obstaculizan el acceso al conocimiento a los seres pensantes o los pobres niños que tienen a su cuidado. De hecho al periodo en que semejantes individuos dominaron Europa se le conoce como Oscurantismo, y en dicho periodo Europa retrocedió siglos atrás, casi a la edad de piedra. Curiosamente los hipócritas, disfrazados de monjes, pudieron mantener un poco de la cultura clásica viva, retomando una idea de un párrafo anterior y por eso la humanidad no se extinguió del todo.

Y por ultimo tenemos a otro gran pilar de la fe religiosa: EL TEMOR. En épocas pasadas atreverse a desafiar la postura religiosa imperante era motivo de tortura e incluso la muerte, y la historia tristemente esta cargada de ejemplos: la inquisición, la quema de brujas, el conflicto arabe-israeli… Pero ante todo se maneja el temor más a nivel psicológico que a nivel físico, y ustedes pueden notarlo.

El caballo de batalla de la mayoría de los predicadores y misioneros es justamente tener la solución mágica a todos los problemas de la vida, enseñándole a la gente que no es capaz de resolver sus problemas, que hay un ser omnipotente que va a arreglar todo, ya que es perfecto, y que únicamente demanda sumisión total. En su gran amor solo exige que uno se humille y acepte que es un inútil, y que mediante grandes donaciones de dinero o prestando sus servicios para estupidizar… perdón, evangelizar a otros, uno puede tener una vida plena y feliz.

Claro este ser amoroso te amenaza con quitarte todas sus bendiciones, lo cual se traduce en enviarte desgracias y tragedias (solo que a nombre de su rival el diablo o como quieran llamarlo) y mandarte a una eternidad de sufrimiento y castigo luego de que mueras si osas desobedecerlo y apartarte de su doctrina. Así que mucha gente se mantiene con miedo, y esto uno lo nota en las personas mayores, que al sentir cerca la muerte, desarrollan un fanatismo religioso que contrasta con la vida llena de fiestas y diversión que tuvieron siendo mas jóvenes.

Esta cuestión del castigo post mortem es bastante curiosa, ya que hasta donde sabemos, cuando morimos dejamos de existir y punto. No hay pruebas científicas SERIAS, de que exista algo después de la muerte. Estos mitos se remontan al mismo origen del hombre y tienen mucho que ver con el miedo que tenemos a desaparecer, ya que nuestro ego desea ser eterno. Parece que los términos Ego y Alma son muy parecidos, y hasta donde se sabe la verdadera inmortalidad esta en alcanzar un logro que mantenga viva nuestra memoria, por los aportes que dio a la sociedad y a los seres humanos que vienen después de nosotros. Por supuesto la religión se vale de ese temor a la muerte para inventar cuentos de hadas de paraísos e infiernos disponibles para todos, no importando que nuestro paso por el mundo se limitara a simplemente robar oxigeno.

Así que como ven la religión en realidad es una plaga, una enfermedad social que espero algún día sea erradicada de la humanidad. Ojo, no confundan espiritualidad con religión. Admiro a las personas que realmente intentan mejorar como individuos día con día, en base a una espiritualidad sana, que no les impide compartir con los demás y crecer a nivel intelectual. Para hacer eso no es necesario creer en un dios, simplemente, creer en uno mismo y darse cuenta del basto potencial que uno tiene para dejar una huella positiva en el mundo, y al mismo tiempo vivir una vida plena y feliz. No hacen falta ni Jesús, ni Buda o Mahoma, para ser una buena persona.

Saludos cordiales,

Jay “El Clerigo Ateo”.