Tales Of The City 2 -Tomando el Bus-
Capitulo 2- “Tomando el Bus”
Nota:
No aplica para los que poseen carro (Los odio) XD
El despertar es un duro rival para todas las personas. Pues conlleva una serie de paradojas. La mañana trae una serie de problemas que tiene que ser resueltos en cuestión de minutos; pues sino llegas tarde a los destinos plantados por Dios y en la época en que estamos; esto puede ser un gran problema...
Al salir de nuestro hogar nos vamos a enfrentar a varios obstáculos. Que a diferencia de los que encontramos en casa; vienen a ser de alto calibre. Las cosas que suceden afuera no son de nuestro control; por ello son aun mas molestas y conllevan a descifrar los interminables laberintos que presenta nuestra amada ciudad de San José; en el mejor de los casos, Heredia.
La ciudad, tan lindo lugar lleno de buenas personas; con aire limpio y que nunca presenta conflictos con los demás. La delincuencia es nula o muy poca; con un centro de cultura y deportes… -¡A perdón! estaba leyendo acerca de la ciudad de Viena en Austria-.
San José....bueno no será un Edén. Pero es lo único que tenemos (tristemente). Para muchos es nuestro destino para variadas actividades. Estudio, trabajo, paganismo, criticas, huelgas ó simplemente pasar el rato. Esto es un pequeño análisis del final del viaje que realizamos durante todas las mañanas.
¿Pero que pasa al tomar el bus?
Sales de la casa con el suficiente valor acumulado de un mañana de estrés consecuencia de una lucha con el baño y meterte el desayuno vía intra-venosa porque no te dio tiempo. Ves la puerta (más no la de luz, no tenemos tanta suerte) la abres lentamente observando y escuchando, poco a poco el rechinar de las bisagras ya oxidadas por el tiempo y ves la claridad del sol al salir, y dices:
-"Que queda"...
Pones un pie afuera como explorando un nuevo continente, colocas tu otro pie y solo han pasado unos centímetros y ya ves tu casa a miles de kilómetros. Para peores cierras la puerta de tu casa dando por un hecho que no te queda otra más seguir adelante. Por fin te propones salir, revisas tu reloj y claro esta vas muy tarde...pero crees que el chofer del bus se va atrasar o se olvido que tiene un horario (nunca sucede pero hay que ser positivo). Pones tu mirada a tus espaldas y sudando frió ves el bus acercándose como un depredador apunto de embestir a su presa; la alta velocidad del auto-motor no te permite pensar lentamente, tu corazón se acelera, la parada de bus esta a menos de 500 metros, tu cerebro reacciona casi inmediatamente pero al parecer tus piernas aun están dormidas. Insultas, y de un zarpaso corres desesperadamente, teniendo la fe de que le puedes ganar al bus.
Corres, el bus te alcanza vas par a par con el. Vuelves a ver a tu oponente de 30 toneladas; sabes que tiene la ventaja. Además del hecho de que el chofer te ignora, lo odias y esperas que las llantas estallen o algo así. Cuando el bus se te adelanta y apenas han pasado 100 metros, escuchas: “Its my life” de Bon Jovi. En eso, haces que tus piernas doblen la velocidad y casi alcancés al bus y te dices a ti mismo: "lo puedo lograr, ¡si lo puedo lograr!"; y… el bus dobla la velocidad y te deja atrás; no se detiene en la parada, pues no hay nadie esperándolo y se aleja en la distancia poco a poco.
Te vas deteniendo lentamente; tu cara expresa una decepción casi como si hubieras perdido la medalla de oro en las olimpiadas. Te detienes a tomar aire y cuando estas respirando y secando tu sudor, otro mal nacido bus de refuerzo pasa ante ti y lo ves mientras pasa de largo donde la impotencia no te permite ni siquiera tomar impulso para maldecir nuevamente.
Por fin llegas a la parada. Y después de la carrera sin ganancia, te sientas en las sillas de metal que hay ahora en las paradas, revisas tus cosas a ver si no has perdido nada o has olvidado algo (nota, lo revisamos ya en la parada y no antes de salir de la casa); te sientas y esperas ahora tranquilamente el siguiente bus. Ignorando por completo el hecho de que vas tarde y que te espera fijo un presa invocada por Satán para amargarte la vida (lo peor es que lo logra). Entonces aprovechas esos momentos para “estudiar” o repasar alguno cuestión de tu trabajo; ya sea la U o el brete (aprovechar el tiempo al máximo XD).
El tiempo pasaba, los días se hacían noche y tu barba crecía tanto como la de Matusalén (bueno no paso tanto tiempo, pero igual se hace eterno) y el bus llega al fin y tomas tu pase se lo das a chofer te mira de forma siniestra, una sonrisa malvada y por fin vuelves la mirada a buscar un asiento cuando…
Próximo capitulo: “Dentro del Bus”.
Abraham “Geovanni” Notto
Pones un pie afuera como explorando un nuevo continente, colocas tu otro pie y solo han pasado unos centímetros y ya ves tu casa a miles de kilómetros. Para peores cierras la puerta de tu casa dando por un hecho que no te queda otra más seguir adelante. Por fin te propones salir, revisas tu reloj y claro esta vas muy tarde...pero crees que el chofer del bus se va atrasar o se olvido que tiene un horario (nunca sucede pero hay que ser positivo). Pones tu mirada a tus espaldas y sudando frió ves el bus acercándose como un depredador apunto de embestir a su presa; la alta velocidad del auto-motor no te permite pensar lentamente, tu corazón se acelera, la parada de bus esta a menos de 500 metros, tu cerebro reacciona casi inmediatamente pero al parecer tus piernas aun están dormidas. Insultas, y de un zarpaso corres desesperadamente, teniendo la fe de que le puedes ganar al bus.
Corres, el bus te alcanza vas par a par con el. Vuelves a ver a tu oponente de 30 toneladas; sabes que tiene la ventaja. Además del hecho de que el chofer te ignora, lo odias y esperas que las llantas estallen o algo así. Cuando el bus se te adelanta y apenas han pasado 100 metros, escuchas: “Its my life” de Bon Jovi. En eso, haces que tus piernas doblen la velocidad y casi alcancés al bus y te dices a ti mismo: "lo puedo lograr, ¡si lo puedo lograr!"; y… el bus dobla la velocidad y te deja atrás; no se detiene en la parada, pues no hay nadie esperándolo y se aleja en la distancia poco a poco.
Te vas deteniendo lentamente; tu cara expresa una decepción casi como si hubieras perdido la medalla de oro en las olimpiadas. Te detienes a tomar aire y cuando estas respirando y secando tu sudor, otro mal nacido bus de refuerzo pasa ante ti y lo ves mientras pasa de largo donde la impotencia no te permite ni siquiera tomar impulso para maldecir nuevamente.
Por fin llegas a la parada. Y después de la carrera sin ganancia, te sientas en las sillas de metal que hay ahora en las paradas, revisas tus cosas a ver si no has perdido nada o has olvidado algo (nota, lo revisamos ya en la parada y no antes de salir de la casa); te sientas y esperas ahora tranquilamente el siguiente bus. Ignorando por completo el hecho de que vas tarde y que te espera fijo un presa invocada por Satán para amargarte la vida (lo peor es que lo logra). Entonces aprovechas esos momentos para “estudiar” o repasar alguno cuestión de tu trabajo; ya sea la U o el brete (aprovechar el tiempo al máximo XD).
El tiempo pasaba, los días se hacían noche y tu barba crecía tanto como la de Matusalén (bueno no paso tanto tiempo, pero igual se hace eterno) y el bus llega al fin y tomas tu pase se lo das a chofer te mira de forma siniestra, una sonrisa malvada y por fin vuelves la mirada a buscar un asiento cuando…
Próximo capitulo: “Dentro del Bus”.
Abraham “Geovanni” Notto
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