Sobre cómo jugar ajedrez con la gente
Saludos, fiel lector.
Siempre ha sido mi creencia que un buen juego, una buena estrategia, empieza horas, quiza incluso días antes de poner pie en el tablero. No. En un juego como el nuestro, un juego de astucia y destreza, antes que la jugada en sí, antes de la estrategia misma, viene la apropiada selección y uso de nuestras piezas.
Contrario al estilo vacuo y carente de pensamiento de ciertos jugadores, es mi creencia que la victoria proviene de dos factores fundamentales: Estudio y Comprensión. Es sólo a través de un conocimiento íntimo de nuestras piezas, de sus talentos intrinsecos así como de sus posibles capacidades, que ganamos el entendimiento suficiente para sacar el máximo rendimiento de cada uno de ellos o ellas. Y es qué, sean blancas o negras, la pieza adecuada en el lugar adecuado puede tanto salvar como arruinar un juego entero. No basta tan sólo con escoger una buena pieza. Eso es tan sólo la mitad del trabajo. La otra mitad, y ésta es la mitad que verdaderamente importa, es saber posicionar esa pieza correctamente. Saber que rol cumple en el gran esquema de nuestro juego.
Y sin embargo divago, pues heme aquí, adelantándome en mi lectura, cuando ni siquiera he dado un apropiado apreciamiento de cada pieza y su función en el juego. Y sin ésta información, todo mi anterior discurso es bastante absurdo y sin sentido.
Comencemos, entonces...
El Peón
(♙♟)
Aun cuando es la costumbre de muchos jugadores el descartar al noble peón como la pieza más débil y prescindible del juego, es ésta sin duda alguna la verdadera marca del jugador amateur. Del jugador casual y sin experiencia. Pues el jugador experimentado sabe que el peón es la base del equipo. El peón es la amalgama que lo mantiene junto y es aquella persona cuya versatilidad e infinitos recursos la vuelven indispensable para el resto de las piezas. Un buen peón, aquel que se digne de serlo, pues sabe que no existe vergüenza alguna en tal posición, es el centro de las piezas. Es aquella persona en la que siempre se puede confiar bajo cualquier tipo de situación. No conoce especialidad alguna, pues su trabajo es adaptarse a su entorno y sacar el mayor provecho posible de cualquier situación en la que se encuentre. En terminos militares, el peón es un soldado raso, y es probablemente la pieza con mayor libertad de movimiento de entre todas.
Algunos peones famosos: Macbeth ("Macbeth" de William Shakespeare), Hector ("La Ilíada" de Homero), Roland Deschain ("La Torre Oscura: El Pistolero" de Stephen King).
El Caballo
(♘ ♞)
Lealtad. Si he de describir a la persona que ocupa el lugar de caballo de entre las seis piezas con tan sólo una palabra, esa palabra sin duda alguna es lealtad. Más que al jugador, más que al juego, más que a las demás piezas, el caballo está ahí por lealtad a su rey. Su papel en el juego es la continua seguridad y supervivencia del rey. Con tal de cumplir tal objetivo, el caballo estará dispuesto a todo. Ninguna tarea será demasiado ardua. Ningún sacrificio demasiado grande. Aun la muerte es justificable si es en pos de salvar la vida del rey. Así, el caballo se vuelve la indispensable escolta del rey, convirtiéndose en su voluntad encarnada. El vínculo entre caballo y rey debe ser absoluto e inquebrantable. Ya sea a través de honor, amistad, amor o deber, cada caballo encuentra su propia y personal manera de conectarse con las emociones y pensamientos de su rey, convirtiéndose casi en su sombra. Su servidor indiscutible. Finas y complejas máquinas de combate, uno no debe escatimar al buscar al perfecto agente de meticulosa y precisa destrucción para lidiar con cualquier posible amenaza a su rey.
Algunos caballos famosos: Mercutio ("Romeo y Julieta" de William Shakespeare), Patroclo ("La Ilíada" de Homero), Susan Delgado ("La Torre Oscura: Mago y Cristal" de Stephen King).
El Alfil
(♗ ♝)
Complemento, y a la vez completo opuesto del caballo, el alfil no es una pieza que necesite de habilidades físicas sobresalientes. Si bien un buen guerrero nunca sobrará en el tablero, la misión del alfil no es la de un soldado, sino la de un estratega y consejero. Es el trabajo del alfil servir a su rey como confidente y guía. Debe ser a la vez su mejor amigo y su más firme crítico. Será su deber dudar de sus órdenes y cuestionar su autoridad en todo momento con el fin de ayudarlo a tomar la más sabía y justa desición en todo momento. Pesada es la cabeza que porta la corona, y es por esto que el alfil debe ayudar a su rey a sobrellevar dicha carga a como mejor se lo permitan sus facultades. Al igual que con el caballo, esto sólo puede ser logrado a través de un lazo de confianza total, y de un íntimo conocimiento entre ambas piezas. El caballo obedece al rey porque lo ama. El alfil lo desobedece por el mismo motivo. Sin embargo, y aun cuando está en la naturaleza del alfil el cuestionar a su rey, es también su deber el reconocer cuando hablar y cuando callar. Ningún alfil deberá tratar de menoscabar la autoridad de su rey, a quien debe respeto y lealtad, y por sobre todo obediencia.
Algunos alfiles famosos: Prospero ("La Tempestad" de William Shakespeare), Odiseo ("La Odisea" de Homero), Sheemie Ruiz ("La Torre Oscura: Mago y Cristal" de Stephen King).
La Torre
(♖ ♜)
Fue un hombre sabio el que alguna vez dijo que sólo un tonto sale al campo de batalla con dos espadas y ningún escudo. Sólo un verdadero amateur del más bajo calibre puede confundir defensa con cobardía. Si bien hasta ahora, nuestras piezas se han concentrado mayormente en darnos la ventaja ofensiva en el tablero, el verdadero maestro sabe que es mejor prepararse para cualquier eventualidad. La torre es la última línea de defensa. Es aquella persona que deberá mantener la línea y no dar vencida la batalla cuando todos los demás ya han fallado. Su fuerza debe ser inconmensurable, y su espíritu inquebrantable. Debe ser un pilar de vigor y vitalidad. De voluntad y valentía. Es nuestro as bajo la manga. Nuestro salvador y guardían siempre alerta. La torre debe poseer una naturaleza piadosa, casi maternal. Es su deber velar no sólo por la seguridad del rey, sino por la de todos sus demás compañeros. Cada pieza que cae en el tablero es una derrota personal para la torre.
Algunas torres famosas: Eneas ("La Eneida" de Virgilio), Telémaco ("La Odisea" de Homero), Jake Chambers ("La Torre Oscura: Las Tierras Baldías").
La Reina
(♕ ♛)
Si el alfil es la mano derecha del rey, entonces es el deber de la reina ser su mano izquierda. La reina debe ser el igual del rey en prácticamente todos los sentidos. Debe de ser tan servil y eficaz como un peón. Tan fiero y leal como el caballo. Tan astuto y devoto como el alfil. Tan cauteloso y vigilante como la torre. La reina es la amalgama que mantiene juntas a todas las piezas. Es quien presta su fuerza y sabiduría a todas las demás piezas sin distinción. Es el ejemplo que todos los demás deben seguir. El estandar de excelencia al que todos debieramos aspirar. Es el corazón del equipo. Es la suma de todas sus partes y mucho más. La reina es la mano que toma la espada y la convierte, de frío e inmovil metal, en un arma de mortal precisión. La reina es la única pieza a la que jamás le será permitido fallar, pues carga en sus hombros el delicado balance del juego. Como la pieza más fuerte del juego, es su deber dar más que todo de sí mismo con tal de obtener la victoria.
Algunas reinas famosas: Oberón ("Sueño de una Noche de Verano" de William Shakespeare), Orestes ("Las Coéforas" de Esquilo), El Rey Carmesí ("La Torre Oscura" de Stephen King).
El Rey
(♔ ♚)
Más que una persona, el rey es un ideal. La personificación de un sueño. Su carne encierra todo aquello que nos inspira y nos hace dar todo de nosotros mismos. Si la reina es la mano que porta la espada, el rey es la fuerza para sostener esa espada y la voluntad de darle uso. Un verdadero rey, una de esas finas piezas de las que muy raramente uno encuentra en la vida, va más allá de las palabras y los actos. Su sola presencia, su mirada, su forma de ser, evoca en las otras piezas no sólo fuerza, sino también fe y esperanza. El rey es el alma del equipo. El rey es aquella persona que gana nuestro respeto y lealtad, pero más importante aun sabe como mantenerlo. Las palabras no son sucifientes aquí, mi buen lector, para describir a un verdadero rey. No puedo dar una imagen fiel de tan noble alma. De tan puro linaje. Pero tengan la seguridad que cuando estén en presencia de uno, vuestros corazones y vuestros espíritus lo sabrán, y reconocerá la grandeza que en él se encierra.
Algunos reyes famosos: Hamlet ("Hamlet" de William Shakespeare), Aquiles ("La Ilíada" de Homero), Randall Flag ("La Torre Oscura: El Pistolero" de Stephen King)
The Kiai "Caballo a Alfil Seis. Jaque!"
Siempre ha sido mi creencia que un buen juego, una buena estrategia, empieza horas, quiza incluso días antes de poner pie en el tablero. No. En un juego como el nuestro, un juego de astucia y destreza, antes que la jugada en sí, antes de la estrategia misma, viene la apropiada selección y uso de nuestras piezas.
Contrario al estilo vacuo y carente de pensamiento de ciertos jugadores, es mi creencia que la victoria proviene de dos factores fundamentales: Estudio y Comprensión. Es sólo a través de un conocimiento íntimo de nuestras piezas, de sus talentos intrinsecos así como de sus posibles capacidades, que ganamos el entendimiento suficiente para sacar el máximo rendimiento de cada uno de ellos o ellas. Y es qué, sean blancas o negras, la pieza adecuada en el lugar adecuado puede tanto salvar como arruinar un juego entero. No basta tan sólo con escoger una buena pieza. Eso es tan sólo la mitad del trabajo. La otra mitad, y ésta es la mitad que verdaderamente importa, es saber posicionar esa pieza correctamente. Saber que rol cumple en el gran esquema de nuestro juego.
Y sin embargo divago, pues heme aquí, adelantándome en mi lectura, cuando ni siquiera he dado un apropiado apreciamiento de cada pieza y su función en el juego. Y sin ésta información, todo mi anterior discurso es bastante absurdo y sin sentido.
Comencemos, entonces...
El Peón
(♙♟)
Aun cuando es la costumbre de muchos jugadores el descartar al noble peón como la pieza más débil y prescindible del juego, es ésta sin duda alguna la verdadera marca del jugador amateur. Del jugador casual y sin experiencia. Pues el jugador experimentado sabe que el peón es la base del equipo. El peón es la amalgama que lo mantiene junto y es aquella persona cuya versatilidad e infinitos recursos la vuelven indispensable para el resto de las piezas. Un buen peón, aquel que se digne de serlo, pues sabe que no existe vergüenza alguna en tal posición, es el centro de las piezas. Es aquella persona en la que siempre se puede confiar bajo cualquier tipo de situación. No conoce especialidad alguna, pues su trabajo es adaptarse a su entorno y sacar el mayor provecho posible de cualquier situación en la que se encuentre. En terminos militares, el peón es un soldado raso, y es probablemente la pieza con mayor libertad de movimiento de entre todas.
Algunos peones famosos: Macbeth ("Macbeth" de William Shakespeare), Hector ("La Ilíada" de Homero), Roland Deschain ("La Torre Oscura: El Pistolero" de Stephen King).
El Caballo
(♘ ♞)
Lealtad. Si he de describir a la persona que ocupa el lugar de caballo de entre las seis piezas con tan sólo una palabra, esa palabra sin duda alguna es lealtad. Más que al jugador, más que al juego, más que a las demás piezas, el caballo está ahí por lealtad a su rey. Su papel en el juego es la continua seguridad y supervivencia del rey. Con tal de cumplir tal objetivo, el caballo estará dispuesto a todo. Ninguna tarea será demasiado ardua. Ningún sacrificio demasiado grande. Aun la muerte es justificable si es en pos de salvar la vida del rey. Así, el caballo se vuelve la indispensable escolta del rey, convirtiéndose en su voluntad encarnada. El vínculo entre caballo y rey debe ser absoluto e inquebrantable. Ya sea a través de honor, amistad, amor o deber, cada caballo encuentra su propia y personal manera de conectarse con las emociones y pensamientos de su rey, convirtiéndose casi en su sombra. Su servidor indiscutible. Finas y complejas máquinas de combate, uno no debe escatimar al buscar al perfecto agente de meticulosa y precisa destrucción para lidiar con cualquier posible amenaza a su rey.
Algunos caballos famosos: Mercutio ("Romeo y Julieta" de William Shakespeare), Patroclo ("La Ilíada" de Homero), Susan Delgado ("La Torre Oscura: Mago y Cristal" de Stephen King).
El Alfil
(♗ ♝)
Complemento, y a la vez completo opuesto del caballo, el alfil no es una pieza que necesite de habilidades físicas sobresalientes. Si bien un buen guerrero nunca sobrará en el tablero, la misión del alfil no es la de un soldado, sino la de un estratega y consejero. Es el trabajo del alfil servir a su rey como confidente y guía. Debe ser a la vez su mejor amigo y su más firme crítico. Será su deber dudar de sus órdenes y cuestionar su autoridad en todo momento con el fin de ayudarlo a tomar la más sabía y justa desición en todo momento. Pesada es la cabeza que porta la corona, y es por esto que el alfil debe ayudar a su rey a sobrellevar dicha carga a como mejor se lo permitan sus facultades. Al igual que con el caballo, esto sólo puede ser logrado a través de un lazo de confianza total, y de un íntimo conocimiento entre ambas piezas. El caballo obedece al rey porque lo ama. El alfil lo desobedece por el mismo motivo. Sin embargo, y aun cuando está en la naturaleza del alfil el cuestionar a su rey, es también su deber el reconocer cuando hablar y cuando callar. Ningún alfil deberá tratar de menoscabar la autoridad de su rey, a quien debe respeto y lealtad, y por sobre todo obediencia.
Algunos alfiles famosos: Prospero ("La Tempestad" de William Shakespeare), Odiseo ("La Odisea" de Homero), Sheemie Ruiz ("La Torre Oscura: Mago y Cristal" de Stephen King).
La Torre
(♖ ♜)
Fue un hombre sabio el que alguna vez dijo que sólo un tonto sale al campo de batalla con dos espadas y ningún escudo. Sólo un verdadero amateur del más bajo calibre puede confundir defensa con cobardía. Si bien hasta ahora, nuestras piezas se han concentrado mayormente en darnos la ventaja ofensiva en el tablero, el verdadero maestro sabe que es mejor prepararse para cualquier eventualidad. La torre es la última línea de defensa. Es aquella persona que deberá mantener la línea y no dar vencida la batalla cuando todos los demás ya han fallado. Su fuerza debe ser inconmensurable, y su espíritu inquebrantable. Debe ser un pilar de vigor y vitalidad. De voluntad y valentía. Es nuestro as bajo la manga. Nuestro salvador y guardían siempre alerta. La torre debe poseer una naturaleza piadosa, casi maternal. Es su deber velar no sólo por la seguridad del rey, sino por la de todos sus demás compañeros. Cada pieza que cae en el tablero es una derrota personal para la torre.
Algunas torres famosas: Eneas ("La Eneida" de Virgilio), Telémaco ("La Odisea" de Homero), Jake Chambers ("La Torre Oscura: Las Tierras Baldías").
La Reina
(♕ ♛)
Si el alfil es la mano derecha del rey, entonces es el deber de la reina ser su mano izquierda. La reina debe ser el igual del rey en prácticamente todos los sentidos. Debe de ser tan servil y eficaz como un peón. Tan fiero y leal como el caballo. Tan astuto y devoto como el alfil. Tan cauteloso y vigilante como la torre. La reina es la amalgama que mantiene juntas a todas las piezas. Es quien presta su fuerza y sabiduría a todas las demás piezas sin distinción. Es el ejemplo que todos los demás deben seguir. El estandar de excelencia al que todos debieramos aspirar. Es el corazón del equipo. Es la suma de todas sus partes y mucho más. La reina es la mano que toma la espada y la convierte, de frío e inmovil metal, en un arma de mortal precisión. La reina es la única pieza a la que jamás le será permitido fallar, pues carga en sus hombros el delicado balance del juego. Como la pieza más fuerte del juego, es su deber dar más que todo de sí mismo con tal de obtener la victoria.
Algunas reinas famosas: Oberón ("Sueño de una Noche de Verano" de William Shakespeare), Orestes ("Las Coéforas" de Esquilo), El Rey Carmesí ("La Torre Oscura" de Stephen King).
El Rey
(♔ ♚)
Más que una persona, el rey es un ideal. La personificación de un sueño. Su carne encierra todo aquello que nos inspira y nos hace dar todo de nosotros mismos. Si la reina es la mano que porta la espada, el rey es la fuerza para sostener esa espada y la voluntad de darle uso. Un verdadero rey, una de esas finas piezas de las que muy raramente uno encuentra en la vida, va más allá de las palabras y los actos. Su sola presencia, su mirada, su forma de ser, evoca en las otras piezas no sólo fuerza, sino también fe y esperanza. El rey es el alma del equipo. El rey es aquella persona que gana nuestro respeto y lealtad, pero más importante aun sabe como mantenerlo. Las palabras no son sucifientes aquí, mi buen lector, para describir a un verdadero rey. No puedo dar una imagen fiel de tan noble alma. De tan puro linaje. Pero tengan la seguridad que cuando estén en presencia de uno, vuestros corazones y vuestros espíritus lo sabrán, y reconocerá la grandeza que en él se encierra.
Algunos reyes famosos: Hamlet ("Hamlet" de William Shakespeare), Aquiles ("La Ilíada" de Homero), Randall Flag ("La Torre Oscura: El Pistolero" de Stephen King)
The Kiai "Caballo a Alfil Seis. Jaque!"
Comentarios
<3 *Fangirling*
Apenas vaya a visitarlo otra vez nos hechamos una partida de ajedrez n_n