Pensamiento ilógicos de un lógico

En esos días de clima incierto observo el movimiento del viento a través de las hojas de los árboles pero mi mente y mi conciencia abusan de mi estado emocional con juegos patéticos de desacuerdos ideológicos y de orden prioritario. Me han vuelto un objeto sin fin en frente de otro, haciendo que pierda lo único constante que es el tiempo.

Saco en este breve texto esas ideas de mi mente para observar en los ojos de lector que es desorden cacofónico de las ideas que rondan en mi interior. Es un intento filosófico vulgar para sentir la falsa sensación de una libertad pasajera pero necesaria para ilusionar a los que necesitamos ser ilusionados.

Los objetivos de mi existencia aunque bien definidos se ven diluidos por una infinidad de obstáculos, que en otras ocasiones de la vida que poseo; no hubieran sido para nada agobiantes, pero es en este momento que la más pequeña colina se siente como la más prominente montaña y el charco más pequeño el mar; se como surcar el mar más distante.

Es un asco por la rutina lo que me ha llevado a este estado. Una búsqueda de un refugio, un lugar propio donde no haya ser humano que se atreva a entrar. El lado más oscuro y recóndito de la existencia humana donde me pueda colocar y descansar. Es un deseo de alejamiento rotundo a todo aquello que he percibido amar.

El miedo heredado, las voces del pasado que han predicho el fracaso del futuro, pues se han visto reflejadas a sí mismas en ese futuro su producto y descendencia. No han más que optado por observar inamovibles de sus ideas pesimistas y poner trabas a los que buscan la diferencia de sus vidas.

Los cambios inoportunos de aquellos que son e lobjeto de la rutina, donde ya nada es cierto, donde la verdad se vende por cualquier cosa y el valor del conocimiento parece tener una pugna por la moda y la utilidad. El inoportuno cansancio de la lucha diaria que embrutece las mentes en la continuidad de la sobrevivencia y nos aleja de la vida.

El inmisericorde sueño de lo que no necesita ser encendido o apagado para ser y estar, que vive en el sueño catártico de color verde y respira libre como uno. Es en mi caso un dolor en el pecho no poder sentarme debajo del árbol más frondoso en la espesa jungla y preguntarle al bosque la preguntas que los seres humanos ya no hacemos, por que parecen obvias, porque no son importantes, por que se han olvidado, porque ya no sabemos preguntar.

Las suaves sabanas en el amanecer con la compañía de con quien se tiene la conexión de la convivencia compartida es lo que hace soportable la carga del sol y lluvia diarios sobre los hombros, pero el vacío en el estomago se hace cada vez más profundo.

No es un discurso pesimista el que intento externar, es un grupo de preguntas, de ideas sin ánimos de enervar, exasperar ó inculcar a nadie. Son los gritos del cuerdo al borde de la locura liberadora ó los sollozos del niño quien se le ha robado la inocencia.

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