Manejar en CR: ¿Audancia ó insensatez?
El Diccionario de la Real Academia Española define la ‘audacia’
como sinónimo de atrevimiento, de osadía, mientras que entienda la ‘estupidez’
como una “torpeza notable en comprender las cosas”. Con esto en claro, resulta
evidente para cualquier persona que se maneje con regularidad por las calles de
nuestro país que ambas características están presentes con mucha mayor
frecuencia que otras condiciones deseables como la cortesía, la paciencia y,
sobre todo, el respeto.
Tal vez para los conductores más avezados pase inadvertido, pero
para los que aún somos peatones en esto de las calles en Costa Rica salta a la
vista el hecho de que la ley que rige en la calle es más parecida a la selección
natural que a cualquier otra cosa. El manual estudiado para obtener la licencia
pasa a ser una mera sugerencia, pues en la vida real el que manda, el que se
sale con la suya, es casi siempre el más audaz o el más estúpido.
Y es que en nuestro país el mejor conductor no es el más cortés y
precavido, es el que más riesgos asume, es el que crea sus propias reglas
porque, amén de su presunta infalibilidad al volante, está en el derecho de
despreciar la ley que nos rige a todos los demás. Esto es lo que ha dejado en
evidencia la mentada implementación de las cámaras fotográficas que meses atrás dispusiera el Cosevi para la
sanción del exceso de velocidad.
Las constantes quejas (¿o deberíamos
decir, mejor, “el berrinche”?) sobre el nuevo sistema de sanción automatizada
revelaron el perfil de un costarricense que cree firmemente que las leyes solo
deben ser respetadas cuando le conviene y cuando está de acuerdo con ellas. La legislación es útil y justa solamente cuando se
le aplica a alguien más o cuando el castigo es menor a una palmadita en la mano
y un “eso no se hace, no lo vuelva a hacer". ¿Que los límites de velocidad
exigidos son ridículos, anticuados, y las multas por violarlos excesivas?
Probablemente, pero es lo que dice la ley y a ella le debemos respeto.
Si nosotros, los que salimos a la calle cada día con la
esperanza de no toparnos con un estúpido que no logra comprender las reglas más
básicas de seguridad ¿cómo podemos esperar que sí se castigue
con severidad a quien violenta otras reglas?
Si tratáramos por solo un momento, un día o un par de horas, de
dejar de lado esa triste costumbre tica de aplaudir la viveza sobre la
obediencia y ser respetuosos con la ley y con quienes nos rodean, veríamos que,
en verdad, la construcción de la Costa Rica que queremos comienza por nosotros
mismos.
Sendoshi "En Costa Rica, hay más de una res al volante" Kurumada
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