El Laberinto del Minotauro -PARTE I-
¡Saludos! Como comente este mes de Setiembre el tema sera mitológico, enfocado hacia las bestias y criaturas del mito griego. Y ahora una de las bestias mas importantes conocida como El Minotauro. quien para mi es uno de los relatos mitológicos más importantes e interesantes. Esta historia nos trae heroísmo, odio, amor y tal vez la crueldad de como los Dioses hacen bromas a los mortales creando seres aberrantes. Donde a veces estos seres pueden ser más que eso.
En primera instancia tenemos el mito clasico. En el siguiente articulo trataremos como se re-interpreto este mito por otros autores.
En la mitología griega, el minotauro era una criatura mitad hombre, mitad toro. Vivía en el centro de un intrincado laberinto construido por el célebre arquitecto Dédalo y su hijo Ícaro. Diseñado a pedido del Rey cretense, Minos; con el objetivo de mantener encerrada a la bestia. El histórico palacio de Cnosos es habitualmente identificado como el correlato geográfico de tal laberinto.
El animal fue derrotado y asesinado por el héroe ateniense Teseo, gracias a la ayuda de la enamorada Ariadna (a su vez hermana del minotauro). En la lengua helénica, “minotauro” significa “el toro de Minos”. Éste era conocido en Creta con el nombre de “Asterión”, apelativo compartido con el bisabuelo de Minos.
Después de que ascendiera el trono de Creta, Minos luchó contra sus hermanos por el derecho a gobernar. Rogó al dios olímpico Poseidón el envío de un toro blanco como la nieve, como muestra de su aprobación en tal empresa.
Él debía sacrificar el toro en honor de Poseidón –practicar una hecatombe– pero la belleza del animal lo tentó a conservarlo, matando otro menos bonito.
Para castigar esta acción de desobediencia, Poseidón hizo que la reina Pasifae, esposa de Minos, se enamorara de ese toro y engendrara al híbrido minotauro.
Le pidió a Dédalo, el famoso arquitecto, que le fabricara una vaca de madera. De esta manera, la reina se ubicó en la trampa para seducir el toro blanco. El descendiente de esta cópula artificial fue el citado monstruo cretense.
Ninguna versión del mito ha sido expresada de modo más sucinto que la de Herodes, atribuida a Ovidio, donde la hija de Pasifae se queja de la maldición de un amor no recompensado: “el aspecto del toro disfrazó al dios, y Pasífae, mi madre, fue víctima del toro engañoso, cargando con la reprobación y la culpa que no le correspondían”.
Varias interpretaciones literarias e históricas consideran que la maquinaria de la copulación artificial puede simbolizar la unión mística de la humanidad con las deidades, y que estos mitos provendrían de la cultura extranjera minoica, que influenció a los helénicos.
El Minotauro, según lo imaginaron los griegos, tenía cuerpo de hombre pero cabeza y cola de toro. Su madre Pasifae lo habría cuidado durante su infancia, hasta que éste creció y se transformó en una bestia feroz.
Minos, después de recibir consejo del oráculo en Delfos, mandó construir a Dédalo un laberinto gigantesco para encerrar al minotauro, situado cerca del Palacio de Cnosos.
Pero entonces sucedió que Androgeo, hijo de Minos, resultó asesinado por una horda de atenienses celosos de las victorias que el príncipe atleta había obtenido durante el Festival Panateneo. Otros afirman que un toro lo mató durante una maratón, por orden del rey ateniense Egeo.
La versión más común es que Minos emprendió la guerra para vengarse la muerte de su hijo y la ganó. Según la variante de Cátulo, Atenas estaba siendo afectada por una terrible peste, a causa de asesinado a Androgeo.
Entonces los ciudadanos preguntaron a Minos qué podían hacer para detener esa cruel plaga y el rey cretense estipuló el requisito de enviar siete doncellas y siete jóvenes cada nueve años, para ser devorados por el monstruo.
Cuando fue la hora del tercer sacrificio, Teseo se ofreció voluntariamente para ir a matar al animal. Prometió a su padre Egeo que, de vencer, colocaría una vela blanca en la embarcación de retorno. Si moría, sus marineros habrían de colocar velas negras.
Ya en la isla de Creta, Ariadna, la hija de Minos, se enamoró del héroe Teseo y lo ayudó a sortear exitosamente el obstáculo del laberinto. Le otorgó un ovillo de hilo para ir trazando la trayectoria y poder salir de él.
Así, Teseo mató a la bestia con su espada y condujo a los demás atenienses fuera del laberinto.
Ariadna huyó con él, pero una versión del mito afirma que su amante la abandonó al llegar a la isla de Naxos.
Según Homero, fue Artemisa quien mató a Ariadna, en base al testimonio ofrecido por el dios Dionisio. Fuentes tardías divulgan que Teseo la olvidó dormida en la citada isla griega y allí la princesa de enamoró de Dionisio.
La escena en que este dios descubre a Ariadna dormida se convirtió en un tema común en el arte grecorromano.
También la relata Cátulo.
En su viaje de regreso a Atenas, la nave en la que viajaba Teseo fue asediada por una terrible tormenta que dio lugar a la pérdida de las velas blancas. Por este motivo, debió mantener las velas negras el resto del viaje.
Su padre, al ver llegar el navío, creyendo que su hijo había muerto, se lanzó desde un acantilado sobre el mar que baña las costas del hoy llamado mar Egeo, bautizado en homenaje al citado personaje mitológico. El rey cretense Minos, furioso por la huida de Teseo, encarceló al arquitecto del laberinto, el glorioso Dédalo, y también a su hijo Ícaro.
Su padre, al ver llegar el navío, creyendo que su hijo había muerto, se lanzó desde un acantilado sobre el mar que baña las costas del hoy llamado mar Egeo, bautizado en homenaje al citado personaje mitológico. El rey cretense Minos, furioso por la huida de Teseo, encarceló al arquitecto del laberinto, el glorioso Dédalo, y también a su hijo Ícaro.
Ambos fueron recluidos en una alta torre. Ícaro y Dédalo planearon escaparse fabricando alas con las plumas de las aves que volaban cerca de la torre, pero Ícaro murió durante el escape porque había volado demasiado arriba –dado que deseaba ver el carro dorado de Apolo– y entonces la cera que unía las plumas se derritió. Cabe mencionar que la pelea que libraron Teseo y el minotauro fue representada con frecuencia en el arte griego.
Algunas inscripciones muestran un vértice del laberinto donde se halla el héroe Teseo, y en el otro extremo se dibuja al temible minotauro rodeado de pequeñas esferas, que probablemente representan estrellas, dado que uno de los nombres del monstruo era Asterión (que significa “estrella”).
La caída del minotauro marcó la suspensión del tributo ateniense al gobierno de Creta.
Se han hallado las ruinas del palacio de Minos, en Cnosos, pero no existe ninguna evidencia de la construcción del laberinto mitológico. Sin embargo, el gran número de habitaciones, escaleras y pasillos que tenía el palacio ha llevado a los arqueólogos a creer que el edificio en sí era la fuente de inspiración del mito.
Por otra parte, algunos arqueólogos y mitólogos contemporáneos creen que el minotauro es una personificación minoica del dios fenicio Baal-Moloch.
Según A. B. Cook, Minos y el minotauro son dos formas del mismo personaje, que simbolizaría al sol-dios de los cretenses. Cabe mencionar que la hipótesis es viable: este pueblo representaba al Sol con la forma de toro.
Por este motivo, Cook y J. G. Frazer explican la unión de Pasifae con el toro como una “ceremonia sagrada”.
Por ahora cierro esta primera parte, en el siguiente otras versiones literarias acerca de otras interpretaciones del mito de Minoritario.
Por ahora cierro esta primera parte, en el siguiente otras versiones literarias acerca de otras interpretaciones del mito de Minoritario.
FRANKY "ESTE ES MI REINO, DEL QUE NUNCA PUDE ESCAPAR" CYBORG
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