Una Joya llamada: Dragon Age Inquisition
Pero antes de que se me salga todo el fanboy (obligatorio) intentare darle al juego con la mayor neutralidad que pueda. (Tal vez).
BioWare se ha tomado muy en serio las críticas y opiniones de los usuarios a la hora de desarrollar Dragon Age: Inquisition. Tras la decepción de muchos con Dragon Age II por sus limitadas posibilidades, la tercera entrega de la saga (que aparece en PS4, PS3, Xbox One, Xbox 360 y PC) es la más completa y gigantesca de todas.
Thedas, la magia de sangre ya no es una amenaza pero el cielo está repleto de grietas que conectan el Velo con nuestra realidad. Hordas de demonios, que pondrían los pelos de punta al mismísimo Varric, están aprovechando la diabólica autopista para sembrar el caos en nuestro mundo.
Para rematar la faena Orlais y Ferelden, las dos grandes naciones de nuestro mundo, están en guerra, con magos y templarios enfrentándose a muerte por hacerse con el control de la Capilla y alzarse como auténticos hijos de Andraste.
Para rematar la faena Orlais y Ferelden, las dos grandes naciones de nuestro mundo, están en guerra, con magos y templarios enfrentándose a muerte por hacerse con el control de la Capilla y alzarse como auténticos hijos de Andraste.
En mitad de la vorágine surge una esperanza en forma de héroe: tú.
Si al leer el segundo párrafo has encontrado un montón de nombres que no sabes de dónde salen y por ello te has quedado con la misma cara que tu novia el día que le "animaste" a ver El Señor de los Anillos o incluso con la de aquel día que le perjuraste que Juego de Tronos era mucho menos liosa puesto que había menos personajes, no te agobies.
Si al leer el segundo párrafo has encontrado un montón de nombres que no sabes de dónde salen y por ello te has quedado con la misma cara que tu novia el día que le "animaste" a ver El Señor de los Anillos o incluso con la de aquel día que le perjuraste que Juego de Tronos era mucho menos liosa puesto que había menos personajes, no te agobies.
Jugar a las dos primeras entregas de Dragon Age no es necesario para entender la trama de Inquisition a la perfección aunque los veteranos de la saga comprenderán rápidamente los guiños y referencias a anteriores entregas.
Si aún así quieres ponerte al día antes de jugar a Inquisition, tienes la aplicación web Dragon Age Keep, en la que puedes tomar todas las decisiones de importantes de las dos primeras entregas para empezar la nueva aventura en un mundo más hecho a tu medida.
Un regreso a lo grande
Uno de los mayores errores de Dragon Age II fue precisamente pecar de limitar las ubicaciones y ademas en algún modo el rol del personaje y de reducir o simplificar muchas de sus mecánicas: un solo protagonista, combates que abandonaban el componente estratégico en favor de la acción, escenarios repetitivos, poca libertad de acción.
Puede que el juego te guste o te parezca un poco mediocre cuando lo pruebes en tu propia casa pero nadie puede negar que todos esos "recortes" son cosa del pasado en Dragon Age: Inquisition.
En importante como primer cambio vital son las 4 razas disponibles: humano, elfo, enano y qunari (esta ultima jugable por primera vez en la saga) y que podemos escoger entre tres clases: guerrero, pícaro y mago. Ya nos olíamos algo entonces, y ahora lo hemos confirmado.
Podría no parecerlo si comparamos el número de razas con otros grandes como el rey de reyes, Skyrim, pero las posibilidades son enormes. Como prueba de que los recortes en Dragon Age se han acabado vamos a empezar hablando de los combates, que son complejos, profundos y están repletos de opciones. Cada una de las tres clases tiene 4 árboles de habilidad distintos que cambian completamente nuestro estilo de juego.
Por ejemplo, un pícaro puede especializarse en asesinatos con dagas a corta distancia, en la colocación de trampas, el sigilo o el lanzamiento con arco. Obviamente también podemos mezclar habilidades de cada especialización para crear un estilo de lucha a nuestro gusto. Además, cada uno de los personajes cuenta (una vez que hayamos llegado a cierto punto de la aventura) con una rama de habilidades completamente única que lo diferencia del resto magos, guerreros o pícaros del grupo.
La mezcla de todas estas habilidades y clases resulta fundamental para salir airoso de algunas peleas, incluso en el nivel de dificultad medio (pensando que hay dos dificultades superiores).
La vuelta de la cámara táctica, que nos permite pausar la acción en cualquier momento para ordenar a nuestros compañeros qué queremos que hagan a continuación (protegernos, defender una posición, atacar a un enemigo, etc), es recibida con mucho gusto.
Además, también podemos cambiar el comportamiento de nuestros 3 compañeros de grupo para que opten por unas habilidades y no otras en distintos momentos de un combate. Aunque durante las 20 primeras horas de juego podemos pasar de la cámara táctica y de las reglas para centrarnos en la acción pura y dura, resulta indispensable en los combates más exigentes contra jefes finales o dragones. (Estos últimos bastante violentos).
Mucho más, por supuesto, en los niveles de dificultad superiores o si activamos el fuego amigo (dañar a nuestros compañeros con nuestros propios golpes). Lo mismo sucede con el conocimiento de las habilidades de cada personaje.
Podemos pasar por alto los golpes y hechizos de nuestros seguidores en los combates fáciles pero tenemos que saber muy bien qué hace cada una y en qué momento usarlas si queremos controlar a uno de ellos en alguno de los desafiantes combates.
De este modo, las batallas mezclan la espectacularidad de lo que vimos en Dragon Age II con las posibilidades estratégicas de Origins, lo que es mucho decir. La verdad es que, en líneas generales, la dificultad del modo normal ya es más alta de lo habitual en el género (tampoco tenemos que asustarnos pues no llega al nivel de Dark Souls pero si me ha parecido más difícil que Skyrim, Kingdoms of Amalur: Reckoning o títulos similares).
"Como usted diga Inquisidor"
En esta tercera entrega nos ponemos en la piel del líder de la Inquisición (algo similar al Heroe de Fereldel o al Campeón de Kirwarkl). La elección no es muy democrática pero es que nuestro héroe es el único que puede cerrar las grietas del cielo y así restaurar la paz.
Dirigimos los eventos y toma de decisiones desde Feudo Celestial, una especie de enorme castillo en el que podemos hacer de todo. En la mesa de guerra escogemos nuestra siguiente misión y mandamos a nuestros agentes a que cumplan pequeños encargos.
Nosotros no jugamos estos encargos, pero están muy ligados a nuestra experiencia de juego pues dependiendo de las decisiones que tomemos o de los descubrimientos que hagamos durante nuestra aventura surgirán unas misiones u otras. Es muy interesante que aunque uno participe en dichas misiones, la desicion que tomemos dará como resulta mejores o regulares resultados y para ello tenemos a tres consejeros y esto le da a esta toma de decisiones un valor bastante interesante puesto que de verdad se siente que estas buscando un fin.
Además, algunas pueden tener impacto en nuestra campaña, como reconstruir un puente que nos permita avanzar hasta una determinada zona o eliminar las emisiones de azufre que no nos permiten explorar una zona, por ejemplo. En nuestro refugio también podemos crear y modificar armas y armaduras con un sistema de mejoras realmente completo. Primero tenemos que obtener el diagrama de un determinado objeto, una especie de receta que nos indica los materiales que necesitamos.
Por ejemplo, una espada puede necesitar 10 piezas de metal y 5 de piel. Bien, pues todo depende de qué materiales usemos.
Si en lugar de hierro usamos un material exótico como la obsidiana, nuestra espada hará más daño y también tendrá un color distinto. Luego podemos añadir distintas piezas a las armaduras y las armas, como mango para coger la espada, grebas o brazaletes para las armaduras, lo que multiplica más aún la cantidad de combinaciones posibles de aspecto y atributos de nuestro equipo. Y eso sin contar que llegado un punto en la aventura, también podemos encantar nuestros objetos utilizando runas que otorgan daño de fuego a un arma, por poner un ejemplo.
Pero quizás lo más divertido sean los juicios. Claro! somos el líder y nos toca tomar decisiones como algo simple y mundano... Por ejemplo ejecutar a un mago muy loco o quemar vivo a templario por que se paso de salsa. (Muy medieval).
Ya en serio como líder de la Inquisición, tenemos que juzgar a todo tipo de calaña (gente algo cochanbrosa). Lo mejor es que muchos de los reos son personajes con los que nos hemos topado durante la aventura por lo que sabemos lo suficiente (aunque también se explican durante el juicio) como para tomar una decisión: exiliarle, encerrarle de por vida en una celda, ejecutarle, dejarle libre.
Este sistema, por ambientación, tipo de decisiones e incluso el tipo de personas a las que juzgamos nos ha recordado mucho a Juego de Tronos.
Evidentemente estas decisiones no están ahí por nada. Cada toma de decisión sera apoyada o cuestionada por tu grupo de compañeros y esto puede generar en mas confianza o por el contrario, conflictos entre tu y los compañeros, aun si lo mejor es tomar la decisión según lo que creas correcto por que eso le da realismo al juego.
En nuestra mano está si queremos convertirnos en un sanguinario Joffrey Baratheon o si seguimos un código más parecido al de los Stark. Además, podemos realizar todo tipo de mejoras y personalizaciones al aspecto de nuestro Feudo Celestial, desde cambiar el trono en el que ponemos nuestro trasero o la decoración hasta habilitar nuevas zonas donde cultivar hierbas para pociones, por ejemplo.
Un rico universo en el que perderse
El escenario de juego está dividido en 10 grandes áreas de Orlais y Ferelden. El tamaño de cada una de ellas es realmente espectacular.
BioWare nos dijo que el tamaño del primer mapa, Las Tierras Interiores, sería más grande que el de Origins y Dragon Age II juntos. Igual es una fantasmada pero lo que les puedo asegurar es que es realmente gigantesco. Lo mejor es que está repleto de misiones en cada esquina, muy al estilo de Skyrim, donde si recogemos una nota del suelo, hablamos con alguien, descubrimos una nueva cueva, etc... es para desbloquear una misión.
El tamaño de cada área varía, pero el nivel medio es enorme por lo que a los que nos gusta la exploración lo gozamos de lo lindo. La sensación durante las primeras 20-30 horas de juego puede ser algo abrumadora: gente que no se quién es hablando de cosas de las que ya no me acuerdo, decenas de misiones disponibles al mismo tiempo, escenarios que no parecen tener fin.
Una vez que dominamos las nuevas mecánicas y entendemos cómo avanzar en nuestra aventura, se convierte en una experiencia realmente satisfactoria.
El apartado gráfico es bastante espectacular, aunque algo irregular. Mientras que algunos escenarios están llenos de detalle otros parecen directamente un desierto y otros es que realmente lo son (perdonad la broma).
A veces nos encontramos con fallos de clipping o con personajes que hacen cosas extrañas al fallar el sistema de colisiones. Sinceramente, tratándose de un mundo tan gigantesco, abierto y lleno de posibilidades, resulta de lo más normal e incluso podemos asegurar que está más pulido, en ese sentido, que Skyrim o Red Dead Redemption (dos ejemplos ya míticos de personajes haciendo cosas raras).
Pero Dragon Age Inquisition es incluso más que todo lo que les he contado hasta ahora. Los romances no faltan a la cita de las mentes jugonas más calenturientas (morena con asentó francés...) y podemos "entrarle" a todo lo que se mueve.
Y bueno en Thedas es un mundo que aunque todos se odian o apenas se toleran, aplican aquella norma que "cruzar razas" funciona bien. Ademas recordemos que Bioware da la oportunidad de relaciones heterosexuales así como homosexuales y lesbicas, dentro de un marco bastante interesante de desarrollo de relaciones.
Tampoco puedo olvidarme del modo multijugador para 4 jugadores. Podemos embarcarnos en todo tipo de misiones (parecidas a las de Mass Effect 3 aunque menos repetitivas) para disfrutar de combates verdaderamente espectaculares.
Eso sí, recordad que aquí nuestros compañeros no son "monigotes" que controlamos usando la cámara táctica así que tendréis que gritar mucho por el micro para que os resuciten de una vez, por ejemplo. Este modo está completamente separado de la campaña, por lo que no podemos compartir equipo, experiencia, habilidades ni ninguna otra cosa que se os ocurra entre ambos modos.
Aunque el multijugador resulta ideal para divertirse con los amigos y habrá quien lo encuentre más divertido que la campaña yo me quedo con mucha diferencia con el modo para un jugador. Resulta mucho más profundo, inmersivo, entretenido y lleno de posibilidades que las pequeñas escaramuzas del multijugador.
Dragon Age: Inquisition es una aventura completa, llena de posibilidades, compleja, profunda, con momentos realmente épicos en la historia (que nos lleva 50 horas completarla tranquilamente, aunque hay mucho, mucho más que hacer de hecho hablamos de mas 250 horas de juego solo en campaña haciendo los adicionales como misiones alternas, eliminar jefes raros y demás cochambre) y que ofrece una libertad de acción y exploración que nos ha enganchado como hacía mucho que un juego de rol no lo hacía.
Definitivamente, BioWare ha construido el Dragon Age con el que soñábamos cuando jugamos a Origins. Un rico universo en el que perderse de buena gana durante meses.
Sin duda alguna uno de los mejores juegos que se han logrado en la actual saliente y nueva generación de consolas y pues para los fanáticos de juegos de rpg que engloben no solo un buen apartado gráfico y combate; sino una cantidad de decisiones, buenas actuaciones, un verdadero rol y construcción de un historia, tiene el juego perfecto.
Uno de los mayores errores de Dragon Age II fue precisamente pecar de limitar las ubicaciones y ademas en algún modo el rol del personaje y de reducir o simplificar muchas de sus mecánicas: un solo protagonista, combates que abandonaban el componente estratégico en favor de la acción, escenarios repetitivos, poca libertad de acción.
Puede que el juego te guste o te parezca un poco mediocre cuando lo pruebes en tu propia casa pero nadie puede negar que todos esos "recortes" son cosa del pasado en Dragon Age: Inquisition.
En importante como primer cambio vital son las 4 razas disponibles: humano, elfo, enano y qunari (esta ultima jugable por primera vez en la saga) y que podemos escoger entre tres clases: guerrero, pícaro y mago. Ya nos olíamos algo entonces, y ahora lo hemos confirmado.
Podría no parecerlo si comparamos el número de razas con otros grandes como el rey de reyes, Skyrim, pero las posibilidades son enormes. Como prueba de que los recortes en Dragon Age se han acabado vamos a empezar hablando de los combates, que son complejos, profundos y están repletos de opciones. Cada una de las tres clases tiene 4 árboles de habilidad distintos que cambian completamente nuestro estilo de juego.
Por ejemplo, un pícaro puede especializarse en asesinatos con dagas a corta distancia, en la colocación de trampas, el sigilo o el lanzamiento con arco. Obviamente también podemos mezclar habilidades de cada especialización para crear un estilo de lucha a nuestro gusto. Además, cada uno de los personajes cuenta (una vez que hayamos llegado a cierto punto de la aventura) con una rama de habilidades completamente única que lo diferencia del resto magos, guerreros o pícaros del grupo.
La mezcla de todas estas habilidades y clases resulta fundamental para salir airoso de algunas peleas, incluso en el nivel de dificultad medio (pensando que hay dos dificultades superiores).
La vuelta de la cámara táctica, que nos permite pausar la acción en cualquier momento para ordenar a nuestros compañeros qué queremos que hagan a continuación (protegernos, defender una posición, atacar a un enemigo, etc), es recibida con mucho gusto.
Además, también podemos cambiar el comportamiento de nuestros 3 compañeros de grupo para que opten por unas habilidades y no otras en distintos momentos de un combate. Aunque durante las 20 primeras horas de juego podemos pasar de la cámara táctica y de las reglas para centrarnos en la acción pura y dura, resulta indispensable en los combates más exigentes contra jefes finales o dragones. (Estos últimos bastante violentos).
Mucho más, por supuesto, en los niveles de dificultad superiores o si activamos el fuego amigo (dañar a nuestros compañeros con nuestros propios golpes). Lo mismo sucede con el conocimiento de las habilidades de cada personaje.
Podemos pasar por alto los golpes y hechizos de nuestros seguidores en los combates fáciles pero tenemos que saber muy bien qué hace cada una y en qué momento usarlas si queremos controlar a uno de ellos en alguno de los desafiantes combates.
De este modo, las batallas mezclan la espectacularidad de lo que vimos en Dragon Age II con las posibilidades estratégicas de Origins, lo que es mucho decir. La verdad es que, en líneas generales, la dificultad del modo normal ya es más alta de lo habitual en el género (tampoco tenemos que asustarnos pues no llega al nivel de Dark Souls pero si me ha parecido más difícil que Skyrim, Kingdoms of Amalur: Reckoning o títulos similares).
"Como usted diga Inquisidor"
En esta tercera entrega nos ponemos en la piel del líder de la Inquisición (algo similar al Heroe de Fereldel o al Campeón de Kirwarkl). La elección no es muy democrática pero es que nuestro héroe es el único que puede cerrar las grietas del cielo y así restaurar la paz.
Dirigimos los eventos y toma de decisiones desde Feudo Celestial, una especie de enorme castillo en el que podemos hacer de todo. En la mesa de guerra escogemos nuestra siguiente misión y mandamos a nuestros agentes a que cumplan pequeños encargos.
Nosotros no jugamos estos encargos, pero están muy ligados a nuestra experiencia de juego pues dependiendo de las decisiones que tomemos o de los descubrimientos que hagamos durante nuestra aventura surgirán unas misiones u otras. Es muy interesante que aunque uno participe en dichas misiones, la desicion que tomemos dará como resulta mejores o regulares resultados y para ello tenemos a tres consejeros y esto le da a esta toma de decisiones un valor bastante interesante puesto que de verdad se siente que estas buscando un fin.
Además, algunas pueden tener impacto en nuestra campaña, como reconstruir un puente que nos permita avanzar hasta una determinada zona o eliminar las emisiones de azufre que no nos permiten explorar una zona, por ejemplo. En nuestro refugio también podemos crear y modificar armas y armaduras con un sistema de mejoras realmente completo. Primero tenemos que obtener el diagrama de un determinado objeto, una especie de receta que nos indica los materiales que necesitamos.
Por ejemplo, una espada puede necesitar 10 piezas de metal y 5 de piel. Bien, pues todo depende de qué materiales usemos.
Si en lugar de hierro usamos un material exótico como la obsidiana, nuestra espada hará más daño y también tendrá un color distinto. Luego podemos añadir distintas piezas a las armaduras y las armas, como mango para coger la espada, grebas o brazaletes para las armaduras, lo que multiplica más aún la cantidad de combinaciones posibles de aspecto y atributos de nuestro equipo. Y eso sin contar que llegado un punto en la aventura, también podemos encantar nuestros objetos utilizando runas que otorgan daño de fuego a un arma, por poner un ejemplo.
Pero quizás lo más divertido sean los juicios. Claro! somos el líder y nos toca tomar decisiones como algo simple y mundano... Por ejemplo ejecutar a un mago muy loco o quemar vivo a templario por que se paso de salsa. (Muy medieval).
Ya en serio como líder de la Inquisición, tenemos que juzgar a todo tipo de calaña (gente algo cochanbrosa). Lo mejor es que muchos de los reos son personajes con los que nos hemos topado durante la aventura por lo que sabemos lo suficiente (aunque también se explican durante el juicio) como para tomar una decisión: exiliarle, encerrarle de por vida en una celda, ejecutarle, dejarle libre.
Este sistema, por ambientación, tipo de decisiones e incluso el tipo de personas a las que juzgamos nos ha recordado mucho a Juego de Tronos.
Evidentemente estas decisiones no están ahí por nada. Cada toma de decisión sera apoyada o cuestionada por tu grupo de compañeros y esto puede generar en mas confianza o por el contrario, conflictos entre tu y los compañeros, aun si lo mejor es tomar la decisión según lo que creas correcto por que eso le da realismo al juego.
En nuestra mano está si queremos convertirnos en un sanguinario Joffrey Baratheon o si seguimos un código más parecido al de los Stark. Además, podemos realizar todo tipo de mejoras y personalizaciones al aspecto de nuestro Feudo Celestial, desde cambiar el trono en el que ponemos nuestro trasero o la decoración hasta habilitar nuevas zonas donde cultivar hierbas para pociones, por ejemplo.
Un rico universo en el que perderse
El escenario de juego está dividido en 10 grandes áreas de Orlais y Ferelden. El tamaño de cada una de ellas es realmente espectacular.
BioWare nos dijo que el tamaño del primer mapa, Las Tierras Interiores, sería más grande que el de Origins y Dragon Age II juntos. Igual es una fantasmada pero lo que les puedo asegurar es que es realmente gigantesco. Lo mejor es que está repleto de misiones en cada esquina, muy al estilo de Skyrim, donde si recogemos una nota del suelo, hablamos con alguien, descubrimos una nueva cueva, etc... es para desbloquear una misión.
El tamaño de cada área varía, pero el nivel medio es enorme por lo que a los que nos gusta la exploración lo gozamos de lo lindo. La sensación durante las primeras 20-30 horas de juego puede ser algo abrumadora: gente que no se quién es hablando de cosas de las que ya no me acuerdo, decenas de misiones disponibles al mismo tiempo, escenarios que no parecen tener fin.
Una vez que dominamos las nuevas mecánicas y entendemos cómo avanzar en nuestra aventura, se convierte en una experiencia realmente satisfactoria.
El apartado gráfico es bastante espectacular, aunque algo irregular. Mientras que algunos escenarios están llenos de detalle otros parecen directamente un desierto y otros es que realmente lo son (perdonad la broma).
A veces nos encontramos con fallos de clipping o con personajes que hacen cosas extrañas al fallar el sistema de colisiones. Sinceramente, tratándose de un mundo tan gigantesco, abierto y lleno de posibilidades, resulta de lo más normal e incluso podemos asegurar que está más pulido, en ese sentido, que Skyrim o Red Dead Redemption (dos ejemplos ya míticos de personajes haciendo cosas raras).
Pero Dragon Age Inquisition es incluso más que todo lo que les he contado hasta ahora. Los romances no faltan a la cita de las mentes jugonas más calenturientas (morena con asentó francés...) y podemos "entrarle" a todo lo que se mueve.
Y bueno en Thedas es un mundo que aunque todos se odian o apenas se toleran, aplican aquella norma que "cruzar razas" funciona bien. Ademas recordemos que Bioware da la oportunidad de relaciones heterosexuales así como homosexuales y lesbicas, dentro de un marco bastante interesante de desarrollo de relaciones.
Tampoco puedo olvidarme del modo multijugador para 4 jugadores. Podemos embarcarnos en todo tipo de misiones (parecidas a las de Mass Effect 3 aunque menos repetitivas) para disfrutar de combates verdaderamente espectaculares.
Eso sí, recordad que aquí nuestros compañeros no son "monigotes" que controlamos usando la cámara táctica así que tendréis que gritar mucho por el micro para que os resuciten de una vez, por ejemplo. Este modo está completamente separado de la campaña, por lo que no podemos compartir equipo, experiencia, habilidades ni ninguna otra cosa que se os ocurra entre ambos modos.
Aunque el multijugador resulta ideal para divertirse con los amigos y habrá quien lo encuentre más divertido que la campaña yo me quedo con mucha diferencia con el modo para un jugador. Resulta mucho más profundo, inmersivo, entretenido y lleno de posibilidades que las pequeñas escaramuzas del multijugador.
Dragon Age: Inquisition es una aventura completa, llena de posibilidades, compleja, profunda, con momentos realmente épicos en la historia (que nos lleva 50 horas completarla tranquilamente, aunque hay mucho, mucho más que hacer de hecho hablamos de mas 250 horas de juego solo en campaña haciendo los adicionales como misiones alternas, eliminar jefes raros y demás cochambre) y que ofrece una libertad de acción y exploración que nos ha enganchado como hacía mucho que un juego de rol no lo hacía.
Definitivamente, BioWare ha construido el Dragon Age con el que soñábamos cuando jugamos a Origins. Un rico universo en el que perderse de buena gana durante meses.
Sin duda alguna uno de los mejores juegos que se han logrado en la actual saliente y nueva generación de consolas y pues para los fanáticos de juegos de rpg que engloben no solo un buen apartado gráfico y combate; sino una cantidad de decisiones, buenas actuaciones, un verdadero rol y construcción de un historia, tiene el juego perfecto.
FRANKY "UNA VERDADERA JOYA" CYBORG
Comentarios
No fue mal juego, pero le dio mucho a lo del combate mas no tanto a la trama en si, que no es mala solo que es demasiado lineal.
Un excelente juego.
Tiene sus cosas, por que a veces se diluye la trama principal, pero la verdad creo que Bioware se dio cuenta que es importante no solo basar todo sobre una trama, sino darle la oportunidad al jugador de disfrutar del mundo que crearon.
Pero no por ello la trama esta mal de hecho las mecánicas del juego en toma de decisiones es genial.