Deje de Decirle a Luis Guillermo Idiota


Una reflexión de nuestra amigo y ex-colaboradora: Joyce del Castillo.

Deje de decirle al presidente idiota. Deje de llamarlo inútil. Si las presas que se hacen son porque usted no es capaz de respetar un alto, si cuando alguien pide campo en la pista usted acelera para quitárselo de encima, si usted es de los que hace un tercer carril en una pista donde hay solo dos, no tiene el derecho de llamar a nadie imbécil.
Si en el cruce por La Valencia usted toma el carril derecho para doblar a la izquierda en el semáforo. Si cuando llueve usted se desespera y choca con otro idiota que no le quiso dar campo por desesperado. Si cuando el semáforo está en amarillo usted acelera porque “es anaranjado”.
Si cuando sale le paga a un “guachi” para que le ojee el carro. Si cuando lo para un tráfico le da 10 rojitos para que acompañe el café. Si cuando tiene que ir a RITEVE le cambia las llantas al carro por unas que le prestó su primo Jordan y luego le devuelve. No se haga el tarado y no llame al presidente idiota.
Si no es capaz de guardar su basurita en el bolso y la tira a la calle cuando tiene la oportunidad. Si está en un puesto público porque un familiar tiene “contactos”. Si prefiere cobrar en efectivo en vez de tarjeta para no pagar impuestos.
Si tiene una propiedad que en Hacienda cuesta c100 pero usted sabe que vale más. Si acelera cuando pasa por el peaje de Alajuela. Si choca con el tren. No puede llamar a nadie más “inepto”.
Si no le interesa hablar inglés porque de por sí “quién necesita esa cochinada de idioma”. Si se queja porque no le dan trabajo en ningún lado. Si por el contrario, cuando le ofrecen trabajo no lo acepta porque “es poquita plata”. Si usted va a la CCSS a sacar una incapacidad para faltar al trabajo.
Si usted se dedica a leer solo los titulares de las noticias. Si le interesa más saber que Maluma se apretó a una “tierrosa” en vez de informarse sobre el plan para fortalecer el INCOFER. Si usted cree que en 2 años una sola persona puede cambiar 30 años de corrupción, malversación de fondos y contratos hechos únicamente para el beneficio propio. Si usted cree realmente en eso, usted es el estúpido.
Si se queja porque no aprueban la ley contra el maltrato animal pero no va a las marchas, no da su firma, no presiona a los diputados y SIGUE DANDO SU VOTO QUEBRADO. Si usted no se ha dado cuenta que este país es ingobernable culpa de 57 monigotes sentados en sus curules, robándose un sueldo, llegando borrachos a las sesiones o quedándose dormidos en ellas o incluso levantándose y yéndose porque algo no les parece. Si usted está de acuerdo en la repartidera de biblias en la Asamblea.
¿En qué momento nos consideramos superiores por burlarnos como focas del “pelón hijueputa” pero no hacemos ni mierda por el país? Nos gusta quedarnos con los ojos cerrados y mandar hachazos en páginas de medios de comunicación financiados por partidos políticos que cuando pueden sacan el título amarillista del momento y cuando no, nos recetan videos de un bebé cantando Los Beatles en YouTube.
Cuando usted realmente quiera echarle la culpa a una persona por la situación del país, hágase un favor. Véase al espejo y en vez de decir “oh presidente más idiota”, vea su reflejo. Porque un país no lo hace solo un mandatario. Y creerse eso lo hace el verdadero idiota de la historia.

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