Apuntes filosóficos: Neon Genesis Evangelion



¡Saludos Lectores! De vuelta con mis divagaciones filosóficas, y como no aprovechar el hecho que hace poco se estreno en la plataforma de Netflix, Evangelion. Y es que aun con los años la verdad es una serie que sigue dando de que hablar, dado la importancia que esta misma ha generado en el mundo del anime.


Sin hacer demasiado largo este inicio, debo confesar que luego de una pregunta, voy a divagar sobre el final de Eva y como mucho (supongo) no han visto la serio o el final, pues se viene una cadena de spoilers hermosos y gordos.

El final de Neon Genesis Evangelion, como todo en el resto de la serie, parece un gran viaje Psicodélico de ida y vuelta; inconexo y fragmentado, demente y delirante. 

No sólo lo parece sino que lo es, pero también es mucho más que eso. Entre medio de escenas catatónicas y oníricas, hay una indagación profunda sobre la naturaleza humana y su carácter distintivo, la filosofía hegeliana, la teología, el existencialismo y el psicoanálisis. Sí, todo eso. 

Este texto indaga en varias cuestiones que aclaran y teorizan sobre los sentidos detrás de las escenas finales, así como también repasa y profundiza sobre otros temas nodales de la historia. Vamos a por ello.

"El proyecto de complementariedad Humana" 

Repasemos un poco esto. 

NERV y SEELE son las corporaciones políticas que quieren llevar a cabo el proyecto por razones similares pero no iguales; no vale la pena ahondar en esos matices ahora. Lo importante es lo que el proyecto es: un de nuevo Big Bang, cuyo resultado va a permitir fusionar a todos los seres humanos en uno solo. 

Todas las conciencias van a unirse en una sola y todos los cuerpos van a desaparecer y formar una sola existencia, flotando de manera semi consciente en un mar de líquido amniótico. Suena como un bonita tarde de verano. 

 ¿Por qué alguien querría esto? 

Muchas razones, pero la primera es, básicamente, terminar con todas las miserias y las tristezas que aquejan a la humanidad. 


Fusionando todas las conciencias y los cuerpos en una sola entidad, la humanidad va a acabar con las guerras, con la tristeza, con la miseria, la pobreza, el hambre y la soledad. NERV y SEELE entienden a la complementariedad humana como el siguiente escalón evolutivo: los humanos sufrimos porque estamos separados, esto es lo que nos hace imperfectos y mortales; por lo tanto, con la complementariedad vamos a alcanzar nuestro verdadero potencial, al convertirnos en un ser divino y superior y dejar de lado nuestras limitaciones y divisiones.

La complementariedad es el sueño colectivista del comunismo y la igualdad convertido en pesadilla por una burocracia estatal megalómana. En NERV y SEELE se combinan lo peor de los colectivismos con cierto ideal fascista de la pureza de la especie y la eugenesia.

El desenlace y la re-afirmación del individuo

I think therefore I am, but who am I?

Shinji tiene la opción de dejar operar exitosa-mente el proyecto de complementariedad o detenerlo antes de que culmine. En toda la secuencia final de la serie y la película, se debate entre estas dos opciones, mientras se intercalan diálogos cacofónicos que dan cuenta de sus dudas y, al mismo tiempo, dejan entender que todas las conciencias, lentamente, se están mezclando en una.

En esa secuencia onírica, Shinji comprende el punto nodal de la existencia: no puede haber un “yo” si no hay un otro. 

Esta reflexión está tomada de la idea hegeliana de que la conciencia de uno mismo sólo puede darse a partir del reconocimiento de otra conciencia ajena. En el medio del viaje, Shinji piensa en voz alta: 

“porque hay otros que no son yo, me puedo percibir como un individuo”.  

Seguido a eso, la voz de Misato resuena y agrega: 

“reconociendo las barreras que hay entre tú y los otros, puedes establecer tu propia identidad y reconocerte como tú mismo”. 

En pocas palabras, para que uno pueda ser uno mismo, tiene que haber otros que nos reconozcan y de los cuales diferenciarnos; si todos somos uno, entonces no somos nada ni nadie. En suma, somos nuestro reflejo en los otros, y si nadie está ahí para vernos, es exactamente lo mismo que si fuésemos invisibles.


Shinji advierte que la complementariedad no es el siguiente escalafón evolutivo de la humanidad sino su fin, el retroceso al punto cero antes de que la humanidad exista, similar a lo que Hegel propone como el primer momento de la dialéctica, en donde todo está en el estado de la nada misma. 

Para pasar del primer momento de la nada al segundo momento en donde hay algo, tiene que haber más de una conciencia, tiene que haber otros en conflicto, en contradicción. La miseria, la tristeza, la pena y todos los males de la humanidad son necesarios para ser humanos, en tanto nacen de la inevitable interacción con otros. El proyecto de SEELE sólo servirá para acabar con los problemas humanos por la vía de acabar con la humanidad.

En más secuencias oníricas aparecen conceptos fundamentales: la libertad, la individualidad y la felicidad. 

En la decisión final de Shinji de rechazar el proyecto se ponen en juego todos ellos. 

En un sueño, Shinji está flotando en un fondo blanco, que simboliza el estado de libertad completa de la complementación.

Una voz en off le dice que puede moverse en la dirección que desee, pero él se pregunta si está arriba o abajo, si se está moviendo o en realidad está quieto, y no puede responderse esa pregunta porque el fondo blanco no tiene arriba o abajo, principio o final. 

Luego aparece un lápiz y dibuja un pedazo de suelo en el fondo blanco; Shinji se para sobre el suelo y una voz en off le explica: ahora perdiste libertad, sólo puedes ir arriba, a la izquierda o a la derecha.

Shinji, en ese momento entiende todo: la libertad total que le ofrece la complementariedad humana es una farsa; ¿de qué sirve poder ir a todos lados si no hay un arriba o un abajo, una izquierda y una derecha, un principio o un final? 

Cediendo libertad ganó perspectiva, en las restricciones humanas del espacio halló la conciencia de las dimensiones de arriba y abajo, izquierda y la derecha. Sin esas limitaciones humanas, era sólo un ente flotando en un fondo blanco; libre pero sin conciencia de su propia libertad. 

No tiene sentido ser libre para poder ir a cualquier parte cuando no hay ningún lugar al que ir.

La misma cosa se repite con la cuestión de la individualidad; cuando Shinji está sólo en el fondo blanco, no es nadie. En cuanto aparece dibujada una persona en el fondo, Shinji reconoce a un otro y, en ese proceso, se diferencia de ese otro y se afirma a sí mismo. Sin ese punto de referencia, sin esa frontera, sin el otro, era una parte más del fondo blanco.

Shinji rechaza la complementariedad y se comienza a revertir el proceso que ya estaba en marcha. Cuando recupera la conciencia, se despierta y está en una suerte de mundo post apocalíptico, en ruinas. Al lado suyo yace el cuerpo de Asuka. Pone las manos en su cuello y ella despierta. Vuelven a ser individuos, vuelven a experimentar a los otros. 

El mundo es caos, es destrucción, es la prueba del fracaso de la civilización. Pero ala vez es el inicio potencial de una nueva forma de ver el mundo, de reconstruir y reformar.

Shinji llora al sentir calor humano de Asuka al acariciarle dulcemente el rostro, mas este recuerda que poco durara este sentimiento pues la reconstrucción que el mismo asumió del mundo va de nuevo a realizarse. 

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