Akira: Un Análisis

Ficha Técnica:

Director: Katsuhiro Otomo
Año de producción: 1988
Guión: Katsuhiro Otomo, Izo Hashimoto y J. Michael Haller
Producción: Ryohei Susuki y Shunko Kato
Productor ejecutivo: Sawako Noma
Fotografía: Katsuji Misawa
Jefe de animación: Takashi Nakamura
Directores de animación: Yoshio Takeuchi e Hirokai Sato
Montaje: Takeshi Seyama
Música: Shoji Yamashiro
Diseño de producción: Kuzuo Ebisawa, Yuji Ikehata y Koji Ono
Director artístico: Toshihari Mizutami
Nacionalidad: Japón / EE.UU.
Duración: 124 minutos

Akira es un filme de Katsuhiro Otomo en el cual se nos muestra su visión del mundo en un futuro no muy distante. La acción transcurre en la ciudad de Nuevo Tokio la cual se levanta sobre las ruinas del antiguo Tokio, destruida debido a una explosión en 1988; el argumentos sostiene que la inesperada explosión(causada por el inconmensurable poder de Akira) fue causante de la tercera guerra mundial debido a la confusión que causó. Es importante entender estos acontecimientos para poder juzgar el filme y relacionarlo con la modernidad.

La explosión que se produce en la primera escena del filme así como la caída y resurgimiento de Tokio son sospechosamente similares a la situación que vivió Japón cuando cayó frente a Estados Unidos en la Segunda Guerra mundial. Si pensamos de la anterior manera la explosión inicial representaría los dos ataques nucleares en contra de Japón en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. La rendición de Japon fue condicionado bajo ciertos parámetros que los condujeron a cambiar drásticamente su cultura e inclusive la simplificación del idioma japonés; sin embargo después de la guerra el cambio de Japón y sus tácticas de mercado la llevó a convertirse en una de las naciones más ricas. A pesar de esto muchos jóvenes en la actualidad han experimentado cierta falta de identidad, a pesar de los fuertes valores culturales presentes en dicho país, lo cual ha generado la aparición de muchas tendencias o modas que buscan asimilar la cultura pop estadounidense. Del mismo modo la ciudad de Neo Tokio y todos sus problemas, la decadencia general en que se encuentra es representativa no solo del Tokio actual sino del resto de la humanidad en nuestro momento actual e incluso es posible atreverse a decir que se ha convertido en algo atemporal.

Neo Tokio es una ciudad que se levanta “aparentemente” majestuosa, opulenta y rebozante de alta tecnología, sin embargo la realidad no es solo esta ya que detrás de esa apariencia se haya una verdad mucho más cruel. En el “underground” es posible atestiguar luchas entre pandillas, rebeliones, conflictos religiosos, manifestaciones, drogadicción, entre otros. Los elementos anteriores son visibles cuando se ofrece una visión menos global de la ciudad.

La película se puede clasificar como parte del genero ciencia ficción, más específicamente como un cyberpunk. El término cyberpunk es utilizado para denominar un ambiente de alta tecnología y baja calidad de vida para el común de las personas. En la mayoría de producciones cyberpunk el futuro se muestra como nefasto, un futuro en el cual la capacidad tecnológico no ha servido para el bien de la mayoría sino para el goce perverso de unos pocos, además los recursos naturales han sido consumidos en su totalidad por causa del progreso tecnológico.. De tal modo la tecnología pasa ser una herramienta a convertirse en un fin, mientras que el ser humano ocupa su lugar como dicha herramienta. Esta visión es contrapuesta a la irrisoria manera de ver el futuro al mejor estilo de los Jetson (Supersónicos).

El protagonista Kaneda es un personaje alienado y marginado por la sociedad, es además el líder de una banda de motociclistas. Es claramente un hijo de la modernidad, sin una identidad verdadera a la cual aferrarse se ve arrastrado a un mundo de violencia donde el más fuerte es el único que sobrevive; sin embargo su carácter de líder le ha ayudado a mantenerse con vida. Kaneda siente un gran apego por su motocicleta a tal grado que se llega a percibir una sensación de simbiosis, su sujeto se funde con un objeto material. El ser humano al convertirse en una herramienta del mercado pierde todo su valor como sujeto, por ende la única manera en que se aprecia es en cuanto a su capacidad de producción así como los bienes materiales que acumula. Se fomenta pues, el pensamiento de valorar a las personas únicamente en cuanto a su valor económico y su apariencia no influyendo sus rasgos de personalidad (completamente inútiles en cuestión de mercado) ni su moralidad.

Del mismo modo se aprecia la belleza, convirtiéndola en uno de los ideales máximos de nuestro tiempo. Se considera pues que tanto belleza como dinero equivalen al poder para alcanzar lo que se desee y actuar del mismo modo. Estas ideas han penetrado tan profundamente en la frágil mente de la juventud que los ha llevado a extremos incluso autodestructivos por alcanzar ideales fantasiosos que les muestran los medios.

La perdida de identidad así como ciertos valores produce que la sociedad se fragmente ya que no existen motivos para luchar, puesto que no hay nada que defender. Esto en conjunción con la política del mercado y el capitalismo, la cual convierte todo lo posible en un simple producto, conduce a las personas a adoptar identidades y fachadas según la moda del momento. Esto ha producido generaciones de jóvenes sin ideales y sin capacidad de formarse una identidad propia, por lo cual buscan lo que el mercado les proporcione de una manera conveniente, por lo cual su modo de pensar, actuar y vestirse resulta inconsistente la mayoría de las ocasiones. Es posible evidenciar símbolos de la “revolución” convertidos en simples estampados para camisetas o para broches, los cuales son utilizados por personas que creen que el “Che” es un gran jugador de fútbol argentino.

Lo sorprendente del sistema capitalista y de la modernidad es como logran absorber cualquier movimiento que se alce en su contra para retroalimentarse. Es así como se han creado una gran cantidad de modas y de pseudos corrientes de pensamiento que se venden del mismo modo que se hace con una hamburguesa de McDonalds, como lo son: punks, emos, góticos, entre otros; del mismo modo que sucediera años atrás con los hippies. Sucede actualmente que no se puede pertenecer a un grupo que lucha contra el “sistema” si no se poseen un calzado Converse y toda la ropa del momento que obviamente ha sido producido por el mismo “sistema” al que se pretende atacar. Además, el significado de sus aditamentos suele ser inexistente, confuso o incapaz de ser sustentado puesto que presenta una gran variedad de contradicciones producto del poco o nulo conocimiento de la tesis que se planea defender.

En el filme la pandilla liderada por Kaneda lucha única por la diversión que pueda ser disfrutada en el momento así como por proteger territorios, no luchan por defender ninguna ideología y el grupo se presenta extremadamente estrecho, resultando hostil ante cualquier otra pandilla. En los últimos años ha surgido un fenómeno conocido como maras, una agrupación de personas alienadas hundidas en vicios y adicciones que ante la falta de apoyo e inclusive la presión social se unen intentando modelar su propia que les resulta más agradable y familiar. Es importante resaltar la decadencia educativa que se refleja en la película, donde los profesores permiten el libertinaje y se olvidan totalmente del valor de sus estudiantes; falseando la estructura social desde sus cimientos.

La vida del ser humano dentro de la modernidad no sirve más que de engranaje para la maquina productora, por ende pierde su valor al disminuir su capacidad para producir, en caso de ser incapaz de producir se les considera una carga social y se relega a un plano inferior, sin embargo como tal resulta fácilmente reemplazable por cualquier otro individuo. Estos se puede evidenciar en los requerimientos actuales para la mayoría de los empleos, donde se buscan jóvenes con experiencia (lo cual resulta contradictorio); el ser humano pasado de cierta edad resulta inútil y por ende es desechado. Del mismo el ser humano pasa a convertirse en un numero, totalmente despojado de su contexto y humanidad, como es posible observar en las estadísticas la pobreza y el desempleo se expresan de modo que se deshumaniza totalmente y resulta en victoria disminuir el 0.1% de algún problema, mientras que el porcentaje restante no toma ninguna especie de valor puesto que simplemente es parte de una estadística.

En el filme Tetsuo representa el ideal de la modernidad, se convierte en un ente absolutamente poderosos, capaz de someter a cualquiera a su voluntad y considera ser el máximo ser, un superhombre que no tiene necesidad de obedecer a la moral de los inferiores ni a sus reglas y capaz de gobernar a las personas inferiores a si mismo. Sin embargo poco a poco el poder lo abruma, lo aísla de los demás y lo enloquece a la vez que termina por consumirlo y destruirlo. Representa Tetsuo pues, una gran analogía con la sociedad actual la cual considera haber llegado al pináculo de la estructura social humana, sin embargo hay muchos factores que demuestran precisamente lo contrario; incluso si consideráramos haber alcanzado el punto más alto de dicha estructura esto sería terrible; ya que desde el punto mas alto no queda otra camino más que para abajo.

Vivimos en una era de corrupción, destrucción y consumo, básicamente una era de decadencia, sin embargo aceptar la decadencia y reconocerla significa también la posibilidad de cambio...

Kiba en días de transición...

Comentarios

Anónimo dijo…
BRAVO, DE VERDAD
bogavante13 dijo…
Es bastante interesante como se puede resumir esta gran película. En Tetsuo. En la autodestrucción a causa del propio poder.

Saludos.
Matias dijo…
Bellisimo análisis utilizando a Marcuse y la dessublimación artificial!

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