Amigo, ¿sabe usted.....

Iba saliendo tranquilamente de mi trabajo, cerré la puerta y puse los candados como siempre. La noche estaba cómodamente fría así que decidí bajar caminado hasta la parada de los buses a un par de kilómetros de mi trabajo. Eran como las nueve de la noche, la carretera recibía vigorosamente a los automóviles que se dirigían a sus hogares para descansar finalmente. El camino se encontraba completamente iluminado por las luces de los postes, cuando de pronto veo a un joven con una patineta que se dirige directamente hacía a mi, no me preocupo por que su actitud no es agresiva, no oculta su cara y la calle esta llena de gente; sin darle muchas vueltas al asunto el muchacho sin dudar me pregunta: “Amigo, es que yo soy nuevo por aquí, ¿usted no sabe donde alguien veda “coca” por aquí?”. Creo que no debo explicar que no buscaba coca cola, sino cocaína. Mi asombro no me dejo responderle con palabras y solo use la cabeza para negar su pregunta, luego me pregunto por algún lugar de mala muerte y le dije donde estaban un par de bares cercanos (no conozco mucho la zona por que trabajo ahí, no vivo ahí), se fue dándome las gracias con patineta en mano.

En Costa Rica, la tierra natal de la mayoría de los miembros del Templo Kaori, lo normal en la capital es que la gente se le acerque a uno para: pedirle una dirección o limosna, pero jamás, por lo menos a mi, para que les dijera quienes vendían las drogas. Como no consumo poco se de esas cosas, a lo que se, una persona en un ataque de desesperación por la adicción de las drogas más fuertes como la heroína y la cocaína se pueden tornar terriblemente violentas y es arriesgado estar cerca de ellas. Ahora que si me asombro la amabilidad del joven, solo preguntaba por un lugar como si estuviera preguntando por la gasolinera de la esquina.

Cuando continué mi caminata, muchas ideas pasaban en mi cabeza, la mayoría cosas censurables al público en general, pero lo que más me tenía intrigado era si este joven me había tratado amablemente por el hecho de que lo que hace no tiene por que ser censurado. Entonces empecé a recordar todas las ideas del liberalismo vivido en países como Holanda y Alemania, que ante un mercado obligatoriamente libre, también declaran libre la manera de vida, los comportamientos personales que a vista de los que crecimos en una sociedad católica-latinoamericana, se imparte el uso de las drogas como algo pecaminoso que solo es un recurso para escapar de la realidad (en lo personal no culpo a nadie por eso, por que la realidad a veces realmente apesta). Si es cierto que en la teoría de la democracia y el capitalismo extremo, ese tipo de cosas no deberían ser despreciadas, como latino debo decir que tengo muchos prejuicios acerca del tema.

Este acontecimiento me hace poner en perspectiva esas ideas pre concebidas sobre los que usas drogas, no tiene que ser necesariamente un vago o alguien sucio o degenerado, bien podría ser un vecino que después de un día infernal en vez de sacar su ira con su esposa e hijos, se retira a la parte de atrás de la casa cierra la puerta y se fuma un puro de marihuana para tranquilizarse.

En lo personal no consumo ningún tipo de estupefaciente, solo café. Si bien creo que una vida sana es la mejor opción y que de vez en cuando un pecado no esta de más. Solo que el abuso es lo que se vuelve nocivo, más cuando ha visto lo que en el caso del alcohol se puede hacer.

No se puede prohibir por que de todos modos habría consumo, solo es enseñar a llevar, estos vicios de la manera más amena posible, aunque cualquier cosa se podría volver fácilmente una adicción, todo lo que nos proporcione algún tipo de placer, el sxo, el alcohol, una persona en especial, alguna sustancia, a robar, a asesinar, etc. Aristóteles habla mucho de vivir entre este mundo de lo “irracional” y lo “racional”, donde el sujeto es el que esta al tanto de sus vicios, errores, contradicciones y demás humanidades e intenta mejorar, sin olvidar claro que es un ser humano.

Por este acontecimiento empecé a investigar un poco los usos de las drogas y estupefacientes, solo para saber que hacían a un nivel más científico, la mayoría de las drogas fuertes son alucinógenos, solo hacen que la captación de la realidad cambie y aún después de usarlos como efectos colaterales dejan el sistema hormonal y nervioso con fuertes problemas, sobre todo si se usan con frecuencia; algunas son paranoia, histeria, perdida de la memoria y sobre todo una fuerte necesidad de tomar la droga otra vez.

Hay estupefacientes que son legales pese a que son terriblemente adictivos, como muchos medicamentos, el alcohol y los cigarros e inclusive la marihuana en ciertos países de Europa. Se supone que son drogas aceptadas a un nivel social, que son parte de una herencia cultural, “la salida permitida”. Claro que hay un juego de intereses terrible detrás de estas empresas que producto de la adicción de sus clientes han ganado millones, siendo el mercado que más dinero mueve alrededor del mundo.

Si bien existen otras drogas que son más fuertes, si tienen usos medicinales importantes que no se pueden descartar ala ligera, como el uso de la marihuana para aliviar las nauseas producida por la quimioterapia o el uso de ciertas variaciones del la heroína para el control de psicosis, así como muchos otros ejemplos.

La verdad es que si alguien se quiere drogar no hay argumento que lo vaya a detener, solo que si se va a tomar alguna droga lo mejor sería estar conciente de cual de todas es “la menos mala” y de las consecuencias de las mismas.

Marco "Adicto a la verdad" Barrios Piedra

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