Ser independiente es ser responsable



Cada año, y durante el 15 de Setiembre, Costa Rica celebrá la fiesta de la Independencia. Cumplimos 191 años de vida independiente. Pero, ¿realmente podemos catalogarnos de esa manera? ¿Qué queremos decir con eso? 

El diccionario nos dice que la independencia es libertad; especialmente la de un Estado que no es tributario ni depende de otros. Sin embargo, el diccionario nos dice que la indepencia, es algo más: es entereza, honestidad y firmeza de carácter.

 La independencia es un hecho social. Y por irónico que pueda parecer, no es independiente quien está solo ó aislado. 

Vivimos siempre con otros: otros países, otras personas, otros grupos. Nuestra independencia; es siempre una libertad condicional. Una independencia relativa al devenir de los otros y de su papel en la sociedad. Por eso, si por un lado la independencia apunta hacia la libertad, en un segundo plano también apunta hacia la responsabilidad. Sin responsabilidad no hay independencia. Solo cinismo e hipocrecía.

Las banderas, los desfiles y los himnos; solo son elementos vacíos que repetimos cada año ó en cada ocasión "propicia". Si carecemos de responsabilidad como individuos, no podemos llamarnos libres. El sentido de nuestros actos y de nuestros pensamientos, está tanto en nosotros mismos como en nuestra relación con los otros. Lo que nuestros actos, ideas y sentimientos signifiquen para los demás y como los afectan. Si nuestros actos se limitan a la corrupción, el oportunismo, la vulgaridad y la chabacanería; entonces no somos responsables. Y por consiguiente, nuestra dichoza "libertad" solo es una farsa.

En nuestra ansia de reconocimiento, los seres humanos fácilmente caemos en la tentación de conseguirlo "todo" en los lugares y en las formar más equivocadas. Tratando de que se nos reconozca por tener más que los demás. Más riqueza, más poder, más prestigio. Aquellos que buscan tenerlo todo, no pueden llamarse libres. Son esclavos de sus propias vanalidades, y no pueden satisfacerse.

Porque este ejercicio egoísta del poder nos lleva fácilmente a confundir nuestra libertad con nuestra capacidad de dominar al prójimo. Nuestra riqueza no estará nunca en desconocernos, en irrespetarnos, en agredirnos. Sino en reconocernos como legitimos responsables de nuestros actos.

Ser independiente, es tener opciónes, y ser capaces de elegir. No ser presa de  nuestro egoísmo y  respetar las diferencias y las similitudes que nos caracterizan. Es cierto que nuestra conducta esta condicionada por el medio natural en el que vivimos, por nuestra naturaleza biológica y social en conjunto con otros seres humanos. No obstante el ser responsables no tiene ninguna relación con nuestro entorno. Sino como nos desarrollamos para sobreponernos al mismo. En la conciencia de cada persona, debe permitirle reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos. Establecer la magnitud de nuestras acciones y afrontarlas de la manera más positiva e integral, siempre en pro del mejoramiento social, cultural y natural.

"El hombre es el único ser conocido que tiene responsabilidad, solo los humanos pueden escoger consciente y deliberadamente entre alternativas de acción y esa elección tiene consecuencias. La responsabilidad emana de la libertad, ó la responsabilidad es la carga de la libertad”. 
 
La libertad es el valor supremo para desarrollarnos. Significa la libertad de nuestros compromisos y de nuestras responsabilidades. De repente, nos enfrentamos a la responsabilidad como la capacidad de responder. Y si hasta ahora no hemos podido protegernos de los males que nos aquejan, es porque como individuos y como Estado, no hemos sido responsables.


 Saludos,
Sendoshi "Libertad es elegir nuestras cadenas." Kurumada 

Comentarios

Anónimo dijo…
Si me preguntas a mi, el ser humano no es independiente de nada sobre esta tierra, dependemos de muchas cosas para vivir pero todas nuestras dependencias vienen del mismo lugar, la tierra.
Para nosotros por ejemplo independencia quiere decir que espa~a ya no nos dice que hacer y hasta ahi...
La cultura y el libre albedrio... eso es otro cuento.

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