H.R. Giger - El terror biomecánico -
Humanos mezclados con máquinas (Biomecanoides), formas sexualizadas, fetichismo, ecos a H. P. Lovecraft.
Es el de Giger un arte oscuro y macabro, aunque fascinantemente bello.
Siempre vestido de negro, Hans Ruedi Giger encuentra su vocación desde pequeño.
Según él mismo, era "increíblemente tímido, vago y absolutamente negado para estudiar", por lo que ya sabemos cuál era su destino. Giger comenzó trabajando como diseñador de interiores en los 60, mientras estudiaba arquitectura y diseño industrial.
Ahí realizó sus primeros trabajos a tinta y óleo, llamando la atención de una generación de surrealistas como Dalí, que vieron su obra como una especie de resurrección del movimiento.
Fue precisamente Dalí quien introduce a Giger en el mundo del cine al presentarle al artista chileno Alejandro Jodorowsky, que quería llevar a cabo el ambicioso proyecto de «Dune» en pantalla grande.
Giger se encargaría de diseñar todo el planeta de los malos de la película. Al final esto no pudo realizarse, pero su obra llamó la atención del equipo de "Alien" que requirieron sus servicios para dar vida a la criatura y demás paisajes hoy ya inmortales.
Giger se vio convertido de la noche a la mañana en artista de culto.
El estilo del artista es muy barroco, visceral, hiperrealista en ocasiones, pero siempre de una belleza hipnótica.
En los 70 descubrió el aerógrafo para que sus paisajes de pesadilla no dejaran huella humana. Esta técnica permitía parir obras sin necesidad de bocetos, saliendo de lo más profundo de su (aterrador) inconsciente.
A nivel diseño creó de todo: guitarras (comprendemos que muchos grupos de metal adoren su arte), portadas de discos, mobiliario e incluso su propio castillo museo en Gruyères (Suiza).
Sigourney Weaver, la teniente Ripley de "Alien", dijo de Giger al oír de su fallecimiento (cayó por unas escaleras de su casa en Suiza):
¿Qué se puede decir de él? Era simplemente un genio.
Sus trabajos en el cine
Giger entró en el cine de la mano de Alejandro Jodorowsky, a quien se lo recomendó Salvador Dalí en Cadaqués en 1973, para el proyecto Dune (1973-1977), en el que también estaba, junto a Jodorowsky y Moebius, el guionista y diseñador Dan O'Bannon, que fue quien incorporó a Giger al proyecto de Alien a principios de 1978.
Desde entonces, 1979, Giger fue conocido entre el gran público por diseñar y desarrollar, junto a Carlo Rambaldi, la criatura y algunos escenarios de la película Alien, el octavo pasajero, de Ridley Scott (1979, basándose en sus propias obras pictóricas anteriores, como "Necronom IV"). Por este trabajo obtuvo en 1980 el Óscar al mejor diseño escénico.
En el ámbito cinematográfico también se encargó del diseño del lado oscuro de Poltergeist II (Brian Gibson, 1986), aunque quedó bastante desilusionado del tratamiento que se dio en la película a sus diseños.
Con posterioridad colaboró secundariamente y tras prestarse voluntario, en los diseños de Alien 3 (David Fincher, 1992), ya que James Cameron ya había rechazado su participación para los diseños de Aliens, el regreso (1986).
También participó en el diseño gráfico de otras películas, como Species (Roger Donaldson, 1995), siendo estos trabajos usados en las portadas de muchos libros y discos. Giger diseñó asimismo la parte gráfica de videojuegos como Dark Seed (1992) y Dark Seed II (1995), aventuras gráficas de ambientación lovecraftiana.
Existe un museo dedicado a H. R. Giger en la ciudad de Gruyères, en el cantón de Friburgo, Suiza, abierto en 1998, con muchas de sus obras así como su colección privada de arte, que incluye obras de Salvador Dalí.
Su trabajo más reciente en el ámbito cinematográfico fue en la película Prometheus, estrenada en 2012. Ridley Scott, su director, contó con Giger para diseñar los murales que aparecen como algunos de los primeros artefactos del mundo alien en la película.
Fue invitado al Salón de la Fama de la Ciencia Ficción en 2013.
El artista suizo falleció el 12 de mayo de 2014, a consecuencia de las lesiones causadas por una caída, según publicó la prensa.4 Fue amigo personal del psicólogo estadounidense Timothy Leary.
El terror biomecánico
Giger utilizó mayormente el aerógrafo para crear imágenes surrealistas y paisajes de pesadilla. Destaca también su mezcla de representaciones de cuerpos humanos mezclados con máquinas, descritas por él como Biomecanoides.
Estas imágenes contienen un alto grado de fetichismo, a la vez que incorporan simbología sexual un tanto subliminal.
En la obra de Giger podemos encontrar la influencia de artistas de tendencia fantástica, simbólica, expresionista u onírica como Johann Heinrich Füssli, Alfred Kubin, Bruno Schulz o de corte surrealista como Dado, Ernst Fuchs, Jean Cocteau, Roland Topor o Salvador Dalí, entre otros.
También se ve reflejada la época de post guerra en la que vivió sus primero años de vida.
Lo curioso del creador de conceptos como biomecánica, o lo que es lo mismo, la mezcla de texturas mecánicas con seres vivos, es que ha ejercido una gran influencia en el cine fantástico de las ultimas tres décadas, pero su aportación directa y reconocida en los títulos de crédito se reduce apenas a cinco títulos:
- Swissmade 2069, un desconocido experimento underground dirigido por el suizo Fredi Murer en 1968, donde Giger diseñó algunos trajes y elementos del decorado.
- Alien (1979), de Ridley Scott, que permanece como una gran película en todos los sentidos y que fue capaz de cambiar el tono "pacifista" de un cine fantástico donde los monstruos eran tan cordiales como los protagonistas de Encuentros en la tercera fase, línea blanda que culminaría con ET, el extraterrestre.
- Poltergeist 2 (1986), película de Brian Gibson en la que sus diseños fueron malinterpretados en muchos casos por el lujoso equipo de efectos especiales bajo el mando del gran Richard Edlund, aunque permanecen algunas ideas visuales de Giger a la hora de representar "el otro lado".
- Teito monogatari (1988) de Akio Jitsusoji, una aportación japonesa en una época donde Giger era venerado en aquel país y comenzaba a diseñar locales de ocio alternativo. Lamentablemente, algunos problemas con la censura (algo que también sucedió en Europa debido a diseños que algunos consideraban pornográficos) terminaron por hacerle abandonar algunos de sus proyectos en el país del sol naciente, teniendo finalmente que trasladarlos a su querida Gruyères.
- Species (1995) de Roger Donaldson, una peli con monstruo femenino donde Natasha Henstridge resultaba casi tan atractiva cuando se desnudaba como modelo como cuando se transformaba en un biomecanoide inspirado en pinturas de Giger como Necronomicon o Lilith.
Y aquí finalizan las obras oficiales de Hans Rudi para el cine, aunque es indudable que su nombre debería figurar en los créditos de, al menos, otros dos títulos que utilizan sus diseños y sus conceptos visuales sin pasar por caja:
- Alien 3 (1990) de David Fincher, donde el monstruo original de Ridley Scott ha evolucionado para adquirir mayor velocidad en sus movimientos y una agilidad que le permite incluso correr por los estrechos corredores del destartalado planeta. Giger incluso diseñó materiales originales para el filme pero, al igual que sucedió con otros aspectos, como la dirección (recordemos que Fincher tampoco acabó muy contento con los productores), finalmente decidió retirar su nombre de los créditos o quizá fueron los dichosos productores quienes se olvidaron de incluirlo.
El tema pasó por los tribunales y, bueno, no es de grato recuerdo para el pintor suizo.
- Species II (1999), al igual que sucedió en el tercer título de Alien, esta secuela dirigida por Peter Medak resultó frustrante para Giger porque no se contó con él desde el principio para adaptar su extraterrestre femenino a una forma masculina, por lo que se encontró trabajando sobre la reelaboración que otros técnicos en efectos especiales habían hecho ya de su trabajo:
"Cuando le propusieron el contrato a Giger, Steve Jonson ya estaba trabajando y Giger cree que algunas decisiones importantes referentes a los diseños ya estaban tomadas de antemano cuando él se enroló en el proyecto e incluso tuvo que trabajar de acuerdo a parámetros establecidos. Es decir, Giger tuvo que ver cómo otro diseñador recreaba sus diseños de Sil en Species para crear Eve en Species II. Giger tuvo que reelaborar los diseños gigerescos de Steve Johnson, lo cual fue bastante frustrante... Después de visionar algunas tomas, Giger decidió no tomar parte en los créditos de este film, ya que se sentía ignorado".
Proyectos no realizados
Curiosamente, muchos trabajos conocidos de Giger lo son sin haber llegado a realizarse, permanecen como títulos de culto que nunca han llegado a materializarse.
En este sentido, destaca el Dune de Alejandro Jodorowsky, proyecto de los años setenta que contaba con gente tan variopinta como Dalí, Moebius o Pink Floyd. También circuló en su día abundante información sobre The tourist y The train, filmes que iba a dirigir Ridley Scott a comienzos de los ochenta, de los que se conservan algunos espeluznantes cuadros pintados por Giger para ayudar a visualizar la puesta en escena.
Otras dos propuestas con un realizador, en este caso el menos conocido William Malone, permanecen en el limbo: The mirror (en los 80) y Dead Star (en los 90).
Más triste, o afortunada, según se mire, es su ausencia en Batman forever, que finalmente dirigió Joel Schumacher de una forma algo cursi (sobre todo si la comparamos con los dos títulos iniciales de la saga, en manos de Tim Burton). Giger diseñó varias versiones del Batmóvil, aunque finalmente no acabó de ponerse de acuerdo con el director ¿o fue con los productores?
Como se puede comprobar, aunque son numerosos los personajes y paisajes biomecanoides que aparecen en el cine de una forma más o menos encubierta, su aportación final para el cine convencional es escasa, de ahí que Giger haya optado por trabajar en otras experiencias, como los videoclips, los cortometrajes o incluso filmaciones de su propia obra.
Aunque el gran proyecto del suizo en la actualidad es el Museo H. R. Giger de Gruyères, donde poco a poco va recopilando una gran parte de su obra para proporcionar a los visitantes una experiencia única.
Un libro biomecanoide
Carlos Arenas proporciona abundante información en su libro, incluso reproducciones de algunas de sus obras que confirman la influencia de Necronomicón o Paisaje biomecánico en muchos títulos del cine fantástico moderno.
Como complemento, incluye una entrevista con Giger, en la que éste aporta su propio punto de vista sobre algunos aspectos no sólo de su obra cinematográfica, sino también pictórica o escultórica.
Sin embargo, la dicha no es completa. Como si fuera un mecanoide más, el libro tiene una parte brillante y otra algo más oscura.
Da la impresión de que a esta tesis doctoral le ha hecho falta un editor más dado al uso de la tijera, una mano firme externa, poco dada a sentimentalismos, que ayudar a facilitar la lectura del libro final, en el que sobran reiteraciones y se echa en falta una estructura despejada de ramas innecesarias y, ojo, incluso se puede rastrear alguna que otra falta de ortografía en el texto, algo poco justificable en una publicación universitaria.
Una buena poda podría haber convertido Belleza en la oscuridad en una obra emblemática en el campo de la bibliografía sobre "hacedores de monstruos", más amena, de lectura menos engorrosa, sin perder por ello un ápice de seriedad y documentación sobre un personaje fundamental en la imaginería de los géneros fantástico y terrorífico de finales del siglo XX y comienzos del XXI.
Ahora que se cumplen treinta años de Alien, y que el filme de Ridley Scott va a ser homenajeado incluso en el Festival de Sitges, este libro resulta una lectura complementaria muy atractiva, cuyas ilustraciones sirven además para despejar cualquier duda acerca del verdadero autor de la iconografía del monstruo y sus secuelas, pero también de otros pasajes del filme original, como el interior de la nave alienígena o la cámara donde aparecen depositados los huevos del que saldrá ese extraño ser capaz de transmutarse en tres etapas inolvidables: el agarracaras (facehugger), el revientapechos (chest burster) y el alien adulto.
Saludos.
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